Blake Griffin ha recibido el aprobado de los médicos de la liga y, por lo tanto, puede volver a jugar partidos de la NBA. Desde el tan comentado puñetazo a un miembro de la organización de Los Angeles Clippers en el mes de enero, el jugador ha causado baja por romperse la mano en dicha acción.
Es más, su vuelta a los entrenamientos será su primer contacto oficial con el balón desde el pasado día de Navidad, pues la desafortunada agresión llegó con Griffin ya lesionado. En la temporada 2015-16 solo ha podido disputar 30 partidos y su espectacular arranque de curso ha quedado eclipsado por lo extradeportivo y por las victorias angelinas llegadas en los primeros compases de su ausencia.
Doc Rivers ha dejado claro que no se tomarán riesgos con el jugador y que su reinserción en el equipo seguirá un proceso cauto. A ello sin duda ayudará el hecho de que, una vez recibida el alta médica, Griffin tiene que cumplir los cuatro partidos de sanción que le impuso la franquicia.
Los Clippers tienen todavía 11 encuentros pendientes antes de los Playoffs así que el ala-pívot verá acción en máximo siete de ellos, lo suficiente para quitarse el polvo de cara a la guerra de la postemporada en el Oeste.