Blake Griffin sobre su lesión: «He tenido mucho tiempo para pensar»

Durante el presente año, Blake Griffin ha escuchado como numerosas voces han insistido en vaticinar sobre su futuro más próximo. La cirugía a la que fue sometido en enero para solventar unos problemas de menisco y su historial de lesiones invitan a cuestionar su rendimiento cuando vuelva a vestirse de corto. A pesar de llevar seis meses preparando su regreso.

El seis veces All-Star es consciente de que no hay forma de escapar de su pasado. Al igual que está más que habituado a este tipo de dudas sobre su estado físico tras tantos obstáculos enfrentados.

“He pasado por esto muchas veces. Te pierdes un año, tienes un año a un menor nivel o lidias con algunas lesiones, y empiezas a escuchar de todo”, señaló el ala-pívot en unas palabras recogidas por The Athletic. “En esta liga eres tan bueno como ha sido tu último partido, tu última temporada o lo que sea que hayas hecho la última vez que pisas la cancha. Entonces, he tenido mucho tiempo para pasar y para reunir la motivación necesaria.”

En efecto, son muchas las lesiones que han azotado la carrera del jugador. Aunque ha sabido recomponerse de todas ellas. En 2010 debutó en la NBA tras un año en blanco por una lesión de rodilla para ser elegido All-Star y Rookie del Año. En el verano de 2012 sufrió un desgarro en el menisco izquierdo antes de los Juegos Olímpicos, sólo para repetir en la cita de las estrellas. Cuatro años más tarde regresó de una lesión en el cuádriceps y mantuvo los mismos números que años anteriores. En 2019, y tras recopilar una larga lista de problemas físicos, fue seleccionado en uno de los mejores quintetos por quinta vez en su carrera.

Así, Griffin merece el beneficio de la duda cuando dé comienzo este curso. Su propio entrenador, Dwane Casey, ha confirmado que está más que “listo para jugar.” Pocos jugadores han sabido recuperarse de un número tan extenso de lesiones. Unos resultados frutos del compromiso del jugador con su cuerpo, la ética de trabajo, los hábitos saludables de entrenamiento y la incidencia en su plena recuperación.

“La razón por la que un jugador regresa de una lesión a un nivel alto es por su ética de trabajo y la atención a los detalles”, prosiguió Griffin. “Si no transmites eso, la gente no lo ve. Y si la gente no lo ve, cree que no existe. Cuando te lesiones tienes que trabajar mucho más duro que cuando estás sano. No espero que la gente entienda eso. Como dije, me motiva pero tampoco me hace perder el sueño.”

Ahora bien, nada de esto pretende ignorar el hecho de que las lesiones han tenido un impacto en el ala-pívot, quien ya ha mostrado una evolución de su juego para adaptarse a ello y a los 31 años en su haber. Estas lo han obligado a convertirse en una versión más completa de sí mismo. De jugador muy explosivo y amante de atacar el aro, se ha destapado como un buen tirador de tres puntos que, además, sabe organizar el juego y mover la pelota. Griffin ha pasado los últimos años de su carrera mejorando su nómina de recursos y su impacto global en el juego, lo cual le permitirá prolongar su carrera aún perdiendo fortaleza física y atletismo.

Ahora, el jugador regresará a las pistas de la NBA tras casi un año de rehabilitación y preparación. Y tendrá que demostrar que sigue a un nivel tan alto como para liderar a unos Pistons en reconstrucción.

(Fotografía de portada de Hector Vivas/Getty Images)


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