La temporada 2020-21 comenzará el 22 de diciembre, pero no lo hará exenta de cierta polémica. La decisión de tal fecha llegó tras una tira y afloja con un grupo de jugadores que presionaron para que el inicio se diera en enero. Finalmente se llegó a un entendimiento; eso sí, bajo una cierta presión económica, ya que la Liga puso sobre la mesa unas importantes diferencias financieras (para todos) si se retrasaba el comienzo de la competición.
A 27 de noviembre y pasados el draft y la agencia libre, podría parecer que el tema está olvidado, pero no es así. Durante su participación en el podcast de Complex Sports C.J. McCollum dejó claro que sigue descontento con la decisión final, la cual le ha afectado a título personal dada la lesión de espalda que sufrió en la burbuja de Orlando.
«Nos han pillado. Se suponía que no debíamos volver tan pronto. Al principio se suponía que el regreso tendría lugar en enero o febrero y finalmente se programó para antes de Navidad. Son solo 70 días de recuperación para LeBron James y los Miami Heat», explica antes de hablar de su caso personal.
«Incluso respecto a mi, con la lesión… Tuve una rotura en la espalda y pensé: «Está bien, es el momento perfecto ya que volveremos en enero, febrero… Ahora tengo que acelerar mi rehabilitación. Y además, aún no se ha recibido información sobre el protocolo de COVID-19 cuando la temporada comienza en tres semanas», sentencia.
Su preocupación es similar a la de otros muchos. Todos entienden los motivos para que la NBA vuelva de un modo algo precipitado, pero ello no evita que los jugadores corran un alto riesgo. Ya sea por una larga inactividad –ocho equipos no acudieron a la burbuja– o por excesiva carga de trabajo, lo cierto es que la nueva campaña se presenta como una incógnita respecto a los problemas físicos que pueda acarrear.
(Fotografía de Kevin C. Cox/Getty Images)