¿Crisis en San Antonio? Quinta seguida y Pops expulsado

Cuando el listón es más alto y la exigencia, por lo tanto, mayor, el estado de crisis se encuentra siempre a la vuelta de la esquina. Los San Antonio Spurs nos tienen tan (malamente) acostumbrados a una sobriedad, eficacia y eficiencia tan absoluta y regular durante los veinte últimos años, que cinco derrotas consecutivas –lo que en cualquier otra franquicia no sería más que un bache más o menos profundo– disparan las alarmas.

Ante los Portland Trail Blazers, y en back-to-back, fue la quinta (121-116), y si ya ante los Magic vimos a Gregg Popovich al borde de la técnica tras la flagrante señalada sobre DeRozan con el partido en el alambre, anoche terminó de explotar y fue expulsado. Eso nos permitió asistir a un hito: Tim Duncan, segundo de a bordo, como head coach en funciones. No sirvió para evitar la debacle, pero no deja de ser un hecho histórico y la semilla de algo que ya veremos, con los años, cuánto y hasta dónde se extiende.

La expulsión de Pops llegó en el tercer cuarto tras una presunta falta no señalada a los tejanos y ante la que la leyenda el coach Jekyll mutó, como tantas otras veces cuando cree que las decisiones arbitrales perjudican en exceso a los suyos, en Mr.Hyde, no quedándole más remedio a Jason Goldenberg, árbitro principal, que mandarlo a los vestuarios.

Está en la sangre

Quedaban pues al mando Will Hardy, Becky Hammon y Duncan, pero fue el tercero quien tomó la batuta y puso la voz. De él partieron las indicaciones de cómo distribuir la defensa, y de él, tan calmado y anodino en cancha cuando era jugador, vimos brotar el mayor fervor y entusiasmo a la hora de levantar los ánimos de sus jugadores.

«Fue guay», decía Bryn Forbes sobre este hecho. «No significó un gran cambio. Creo que hizo bien su trabajo. Tomó el control y nos ayudó a dominar el partido».

Y es que sin Pops, y con el marcador en su contra, pero con Duncan dirigiendo los tiempos muertos, los Spurs reaccionaron y lograron ponerse con una ventaja de 111-104 a falta de cuatro minutos para el final… pero fueron incapaces de mantenerla. Diez puntos consecutivos de los Blazers fueron un mazazo ante el que ya no supieron reponerse.

La polémica

Otra vez una discutida falta de DeRozan cuando el partido concluía ponía el cierre a las esperanzas de San Antonio de acabar con la mala racha. El escolta penetraba a canasta cuando recibió un manotazo en la cara de Rodney Hood que no fue pitado por los árbitros. Acto seguido, y tras fallar la bandeja, DeRozan, ante la impotencia, hace falta sobre Whiteside.

Entonces los Spurs pidieron el coach challenge, la nueva herramienta que permite a cada equipo solicitar la revisión de una acción que los árbitros han resuelto de forma desfavorable para sus intereses.

¿Qué ocurrió? Pues que no importa cuan descarada fuese la falta de Hood, ya que los árbitros no pudieron corregir y pitarla: las normas del challenge indican que solo se puede rectificar lo pitado después de que el atacante atrape el bote, algo que no sucedió en esta acción.

«En cuanto decimos algo en la cancha, nos pitan un técnica», decía un enfadadísmo DeRozan al terminar el partido. «Somos responsables de las cosas que decimos sobre los árbitros, pero cuando los árbitros nos cuestan el partido qué recibimos a cambio: ¿una disculpa tardía después de que se revise la jugada?».

Aunque le quedó espacio para la autocrítica. «Tenemos que jugar como lo hicimos después de que Pop fuese expulsado. Luchando contra las falta mal pitadas como sabemos, saliendo ahí y jugando duro».

La rotación de San Antonio tuvo que ver como el sobreesfuerzo al que tuvieron que entregarse casi desde el inicio tras un arranque nefasto (41-23 en el primer cuarto), terminó siendo en vano.

Whiteside y McCollum

LaMarcus Aldridge, con 30 puntos, fue el máximo anotador de los tejanos, pero fue C.J. McCollum, con sus 32 puntos, el líder ofensivo de la velada, seguido de los 22 de Damian Lillard, que al menos compensó desde la personal (13 de 13) el desastre de su carro de tiro en movimiento (4 de 19 y 1 de 9 en triples).

Hassan Whiteside, protagonista obligado bajo el cristal ante las ausencias de Nurkic y Collins, aportó 21 tantos, 16 rebotes y 3 tapones, recordando algo de lo que nos maravilló hace años en Miami.

Melo is coming

Con esta victoria, y expectantes ante el inminente estreno de Carmelo Anthony –de quien McCollum ha dicho ya que ve más fino y con el tren inferior más fuerte, haciendo mates con facilidad y potencia–, los Blazers igualan a San Antonio en el Oeste (11º y 12º) con un balance de 5-8, alejados ambos de las expectativas despertadas al inicio de la temporada.

Y lo que les viene a ambos en la próxima jornada no es ningún Werther’s Original. Todo se resolverá en el estado de Texas.Los Blazers viajan a Houston mientras que los Spurs visitan a sus vecinos de Dallas.

(Fotografía de portada Ronald Cortes/Getty Images)


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