Tras una de las semanas más galácticas a nivel individual en la historia de la NBA, Stephen Curry, su hacedor, necesita un descanso.
Este hecho —con los Playoffs asegurados— no pasaría de mera anécdota si no fuera porque tienen el récord de los Bulls a tiro. Sin objetivos «imprescindibles» a medio plazo, toca soñar. Y para soñar los Warriors necesitan a su gusiluz.
En Bahía Blanca sólo se han visto superados cinco veces esta temporada, y una de ellas vino sin Steph. Fue una derrota dolorosa, ante Dallas Mavericks, por 23 puntos de diferencia. Al la noche siguiente los Warriors volvieron a jugar y esta vez se resarcieron, no sin apuros —ganaron de cuatro— ante los Rockets.
El point guard no se ha entrenado hoy por fuertes molestias en el tobillo y es seria duda para participar esta noche ante los Atlanta Hakws. «Si puedo jugar y ayudar al equipo sin ponerme en peligro haciendo lo que habitualmente hago, entonces jugaré», ha dicho el propio Curry para ESPN.
«No vamos a hacer ninguna locura, obviamente. Vamos a estar del lado de la prudencia. Pero si está lo suficientemente bien, jugará», ha añadido Steve Kerr. Como nota, Curry promedia 33,9 minutos esta temporada, el 35º de toda la liga en tiempo de juego por actuación.
