DeRozan, convencido de que sus Raptors merecen un Christmas Day

2013: Nets, Bulls, Knicks, Thunder, Lakers, Heat, Rockets, Spurs, Warriors, Clippers.
2014: Knicks, Wizards, Thunder, Spurs, Bulls, Heat, Cavaliers, Lakers, Clippers, Warriors.
2015: Heat, Pelicans, Thunder, Bulls, Warriors, Cavaliers, Rockets, Spurs, Lakers, Clippers.
2016: Knicks, Celtics, Cavaliers, Warriors, Spurs, Bulls, Thunder, Wolves, Lakers, Clippers.
2017: Knicks, 76ers, Warriors Cavaliers, Celtics, Wizards, Thunder, Rockets, Lakers, Wolves.

Top-3 de marginados

No os gastéis, en ninguna de estas ediciones hallaréis al conjunto canadiense. Toronto Raptors, el eterno olvidado del Día de Navidad. Poco importa que lleven cuatro ediciones consecutivas clasificándose para playoffs y vayan camino de la quinta. Poco importa que hayan sido campeones de la División Atlántica tres de los cuatro últimos cursos. Nada de esto parece sumar a la hora de ponderar los pros y contras y repartir el pastel del Christmas Day.

No son la franquicia más vilipendiada en este aspecto de la NBA. Grizzlies y Hornets cuentan a día de hoy con cero participaciones en esta señalada fecha. Acto seguido aparecen los Wolves —vírgenes hasta el año pasado y que en dos días encadenarán su segunda aparición consecutiva— y Raptors. Su primera y única participación fue en el año 2001, con derrota ante los New York Knicks.

El menú del día cuenta con, presuntamente, los equipos más capacitados para dar un buen espectáculo, es decir, los más punteros del momento; pero claro, a esto hay que sumar, casi por ley divina, a Lakers y Knicks. Y es que el otro factor crucial a la hora de seleccionar a los equipos del día 25, además del rendimiento, es su impacto mediático, y aquí, a angelinos y knickerbockers, no hay quien les gane. Ya pueden estar en plena temporada de tanking que sus pabellones garantizan el lleno absoluto y su seguimiento televisivo promete no defraudar jamás.

«No hay excusas»

Y DeMar DeRozan está harto de esperar. «Ha llegado un punto en el que simplemente te fijas y dices: ‘Otro año más'», confiesa a Marc Spears de The Undefeated.

No hay sorpresa, apenas un poco de frustración; sobre todo reina la resignación. Los Raptors llevan varios años entre los conjuntos más punteros de su Conferencia, pero su escolta y jugador franquicia sabe que esto es insuficiente, cuasi-irrelevante, para los mandatarios de la NBA. No cuentan con ellos. No son mediáticos. No arrastran masas.

«Siempre he querido jugar por Navidad —añade el shooting guard—. Nos lo hemos ganado. Hemos estado entre los mejores equipos de la liga durante los últimos años. No tienen excusa. Hemos probado que somos un conjunto top en temporada regular».

DeRozan lleva toda su carrera en los Raptors, desde que estos lo seleccionaran en el Draft de 2009. Y todo apunta a que, mientras no cambie de franquicia, los días 25 de diciembre seguirá recibiendo, como regalo único exclusivo, carbón.


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