La victoria de los Warriors ante los Spurs en la apertura de las Finales del Oeste, dentro de todo el contexto de la lesión de Kawhi Leonard, arrojó un dato que carga de moral a cualquier tropa: en un momento del partido, Golden State marchaba 25 puntos por debajo en el marcador. Y remontaron. Una situación, un desarrollo de los acontecimientos, “perfecto”, en palabras de Draymond Green.
“Fue un perfecto primer partido. Te golpean en la boca pero puedes conseguir finalmente la victoria. Si has ganado el primer partido por una renta de 20 o 30 puntos, el segundo es mucho más difícil de afrontar porque tienes una especie de relajación. Ahora, podemos salir a jugar sabiendo qué clase de equipo es San Antonio y lo buenos que son. Ellos tenían que pelear para tomar el control de la serie. Jugamos contra un gran rival como este, fuimos golpeados en la boca y ahora tenemos la guardia arriba para tratar de empezar mejor. Esto será algo grande para nosotros”.
Green firmó 9 puntos, 7 asistencias y 7 rebotes en 26 minutos. Un 2+1 suyo, con 106-106 en el marcador, fue determinante para terminar de lanzar a los Warriors hacia el éxito.