A pocos días de la apertura del mercado de agentes libres, Los Angeles Lakers lograban hacerse con el premio gordo, es decir, la llegada de LeBron James. El cuatro veces MVP de la temporada regular se comprometía con la franquicia de oro y púrpura por 4 años a razón de 154 millones de dólares. Una decisión que marcará el rumbo del equipo que dirige Luke Walton.
¿Es el Small-ball la mejor opción de los angelinos? Con LeBron como foco principal del juego, la apuesta por cuatro ‘bajitos’ y un pívot gana enteros. Lonzo Ball de ‘uno’; Josh Hart y/o Kentavious Caldwell-Pope como ‘dos’; Ingram y LeBron como ‘tres’ y/o ‘cuatro’ respectivamente, y la pintura para JaVale McGee.
En una hipotética visita a playoffs, desde Los Angeles apuestan por un quinteto formado únicamente y exclusivamente por exteriores, véase como ejemplo Golden State Warriors de Curry, Thompson, Iguodala, Durant y Green. «Podríamos verlo algún día, pero nuestro staff técnico está como loco por probar un ‘quinteto de la muerte’ formado por Lonzo (Ball), Josh Hart, Brandon Ingram, Kyle Kuzma y LeBron», admitió un ejecutivo de los Lakers a Slam.
Lo cierto es que los angelinos cuentan con infinidad de opciones gracias a fichajes como Rajon Rondo y Lance Stephenson. Ambos están capacitados para crear juego y/o subir el balón, como también lo están Lonzo, LeBron y el propio Ingram.
Sea Lonzo como base y Rondo acompañándole como escolta, tal como ha venido haciendo en New Orleans; Ingram como alero, Kuzma como ala-pívot y LeBron como falso pívot. Quinteto móvil, rápido y con alta capacidad defensiva. A la ecuación puedes sustituir alguna pieza por Stephenson, y en momentos puntuales la capacidad anotadora de otro recién llegado como Michael Beasley. Tampoco podemos obviar a los novatos Svi Mykhailiuk y Mortiz Wager, quienes han cuajado una notable Summer League, y los citados con anterioridad Hart y Pope. Se avecina diversión en Hollywood. La plantilla lo sabe. La gerencia lo sabe. Y los aficionados lo esperan con los brazos abiertos.