“Necesitamos a Joel Embiid y pienso que esta noche es un claro ejemplo de cuánto desearíamos tenerlo”. Más claro no pudo ser Brett Brown, el entrenador de los 76ers, tras la derrota de los suyos en el segundo partido de la serie ante Miami, que hace que los Heat roben el factor cancha y que iguala la serie (1-1).
Embiid, pieza capital de los Sixers, se perdió el final de la Temporada Regular por un golpe involuntario de su compañero, Markelle Fultz, que le produjo una fractura en la órbita del ojo, con la consiguiente cirugía, además de entrar en el protocolo de conmociones cerebrales que establece la NBA para este tipo de impactos. Como era previsto, el camerunés no fue de la partida en el inicio de los playoffs, aunque el hecho de que se dejara su vuelta como abierta para alguno de los partidos ante Miami albergó posibilidades de que estuviera listo para el Game 2. Nada de eso. Y los Sixers lo extrañaron, aniquilados por Dwyane Wade en el segundo cuarto (15 puntos) y quizá lo extrañen este jueves en el tercer partido, porque el pívot sigue siendo duda para esa cita.
Embiid, frustrado
Un post de Instagram de este mismo martes, alrededor del Game 2, no pudo ser más esclarecedor de cómo se siente Embiid. En él daba rienda suelta a su frustración y aseguraba estar harto de ser tratado como un bebé. Se refería Embiid a los protocolos y decisiones médicas que de momento no le habilitan para jugar y que podían dejarle fuera también el citado jueves. Embiid desea jugar con la máscara que ya ha lucido en algunas apariciones en público y con la que ha realizado algunas ruedas de calentamiento.
Pero más allá de que la NBA permita o no ese elemento concreto, tema que no está garantizado al 100 por cien, aunque hay otros jugadores que ya han portado máscaras este curso, y de que el propio Embiid desee jugar con ella, The Process todavía no está autorizado para el tener contacto físico en los entrenamientos.
“Prometí a la ciudad los playoffs y no estoy en la pista y quizá no esté el jueves tampoco”, apuntó Embiid a ESPN este lunes. “Me gustaría más que nada estar ahí fuera. Solo quiero la luz verde para jugar”.