Draymond Green y falsa modestia son dos conceptos con un índice de correlación nulo. Para el ala-pívot de Golden State, pensar y hablar son la misma cosa.
Y usando como elemento de prueba el segundo partido ante los Rockets en el que, sin Stephen Curry, los Warriors se bastaron para llevarse la victoria, Green no ve que haya motivo ni necesidad alguna de precipitar la vuelta del MVP.
«Después de todo, no hay ninguna razón para que [Curry] tenga que salir ahí fuera [en el Game 3 ante Houston]», ha descrito Green en su diario personal y ha hecho público ESPN. «Planeamos jugar hasta junio. Por ello, forzar su vuelta no es una buena idea».
Todo apunta a que la lesión de Curry no es más que una torcedura leve de tobillo. Aunque esta levedad tiene doble cara. Es sencilla de curar, pero fácil de agravarse si se apresuran las cosas. Por otro lado Shaun Livingston hizo un gran trabajo con 16 puntos y 6 asistencias en 28 minutos, y a Klay Thompson no le ciegan los focos.
No parece que Green se esté tirando a una piscina vacía en este caso. Llegar a junio es lo más normal. Acabar con los Rockets, ganando los dos partidos que les faltan, y poner la vista en la Segunda Ronda y lograr todo esto aún sin Curry, no parece ningún disparate.