Menuda noche para Blake Griffin. 50 puntos, 14 rebotes, 6 asistencias y la canasta que supuso la victoria de los Pistons sobre los 76ers por 133-132. Y todo ello cenándose a Joel Embiid, quien no pudo hacer nada para detener a la furia que se había desatado en su rival.
Griffin, quien llegó a los Pistons el pasado invierno, ha trabajado mucho este verano. Realmente duro. Quería empezar al máximo nivel la temporada y parece que está consiguiendo su objetivo.
“Ya sabéis. Los últimos dos y tres años he oído de todo sobre lo malo que soy. He pasado por lesiones y evidentemente he tenido malos partidos”, comenzó diciendo el jugador, en declaraciones recogidas por ESPN. “Este verano, el haber podido entrenar de manera normal ha sido realmente algo importante. Los últimos tres veranos luché y trabajé todo lo duro que pude para poder estar sano para jugar”.
“En cambio, este último verano he podido poner más tiempo y trabajar en mi juego, en mi cuerpo. Siempre he creído en que el trabajo duro tiene su recompensa”, añadió.
Su entrenador, encantado
Aunque esto no acaba más que empezar, la actuación de Griffin bien merece pararse para contemplarla como se merece. Sus 50 puntos es la máxima cantidad en anotación conseguida por un jugador de los Pistons desde que Rip Hamilton lo hiciera en diciembre de 2006, cuando se fue hasta los 51 tantos.
“Está jugando a un nivel enorme ahora mismo”, señaló su entrenador, Dwane Casey. “Ofensiva y defensivamente, está ahí hablando con sus compañeros, tomando decisiones y haciéndose notar”.
“Está jugando realmente bien. Es uno de los grandes jugadores con los que he podido trabajar, como Dirk Nowizki, Kyle Lowry, Kevin garnett, Shawn Kemp. Ahora está jugando a ese nivel”, agregó.