Pese a que, especialmente tras la lesión de Irving, los Nets esperaban que el regreso de James Harden les ayudase a cerrar su serie ante los Bucks, lo cierto es que el escolta no terminó de dar a los suyos el impulso que esperaban. Desde sus primeras acciones, se hizo evidente que el ex de los Rockets no estaba completamente recuperado de sus problemas físicos, y ahora que la eliminatoria ha finalizado se ha conocido que estaba jugando a pesar de sufrir una distensión de grado 2 en los isquiotibiales.
«El quinto partido fue la primera ocasión que tuve de jugar contra alguien. Fue literalmente un salto al vacío. No he tenido la oportunidad de probar cómo me encontraba más allá de los partidos» confesó La Barba tras la eliminación de los neoyorquinos.
Esta información no sorprenderá a nadie que haya visto los partidos, pues, pese a su esfuerzo, la versión que Harden ofreció en los tres choques que disputó dista mucho de la mejor que puede dar. Si bien sus números fueron mejorando con el paso de los partidos, lo hicieron sobre todo gracias a su capacidad para forzar tiros libres y a su fiabilidad desde el 4,60, pero sus problemas para generar canastas no desparecieron y sus dificultades físicas seguían siendo más que obvias.
Pese a esto, Steve Nash decidió hacerle jugar los 53 minutos del séptimo partido ante Milwaukee. Harden, con 22 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias, rozó el triple-doble, pero cabe preguntarse hasta qué punto fue una decisión coherente tanto de cara al bien deportivo del equipo como a la salud del propio jugador.
«No podían dar más de lo que han dado» afirmó el técnico. «Tratar de llevar lejos al equipo sin Kyrie y con James con una pierna… Me duele sobre todo por ellos».
(Fotografía de portada: Elsa/Getty Images)