Harden: «No puedes tener solamente dos árbitros en un partido profesional»

Apuesto a que más de uno frunció esta mañana el entrecejo al enterarse de que no hubo árbitro de recambio como respuesta ante la lesión de uno del trío principal.

Acostumbrados a que en el deporte rey, el fútbol, la figura del cuarto árbitro funcione también de comodín ante este tipo de contingencias, sorprende que en un deporte como el baloncesto y una organización tan perfeccionista como es la NBA, ofrezcan como única solución ‘sacar el partido adelante sólo con dos’.

Un descuido injustificado

Principalmente por dos motivos. En primer lugar por el escenario y desarrollo del juego en sí. En un deporte en el que el contacto es tan relevante y la perspectiva tan influyente, contar con ese ángulo tridimensional se antoja imprescindible para juzgar con éxito la mayor parte de jugadas y acciones.

El segundo es al mismo tiempo una razón de presupuesto y de disponibilidad. En lo primero, la NBA no anda con el agua al cuello precisamente en lo económico; en cuanto a lo segundo, raras son las jornadas en las que juegan la mayor parte de franquicias —mucho menos las treinta— en la misma noche; así pues, diseñar un reparto por el que los árbitros que ya conforman la nómina actual, más otros pocos de nuevo ingreso para cubrirse las espaldas en las noches de mayor flujo de partidos (derrama más que abordable por el departamento de tesorería), sería más que suficiente para disponer de ese suplente que viajara con la terna titular, y poder recurrir a él en casos como el de anoche.

¿Determinante en la remontada?

James Harden se considera a sí mismo como el mayor damnificado de lo que entiende como una clara negligencia por parte de la Liga.

«Lo primero que me pregunto es: ¿cómo es posible que solo haya dos árbitros en un partido retransmitido a nivel nacional?. Me agarraron y sujetaron en exceso. Jugadores rodeando mi cuerpo con ambas manos. Se dejaron de señalar muchos contactos que cambiaron la dinámica del encuentro», se quejaba el shooting guard al término de un partido que terminó con remontada apoteósica para los Celtics y el escolta como nefasto protagonista final.

Influido probablemente por haber sido víctima de dos faltas en ataque en los diez segundos finales —con el balón ni siquiera  juego y  determinantes en la derrota de su equipo— a Harden no le falta razón a pesar de todo. Independientemente de que árbitros estuvieran más o menos acertados en sus decisiones y beneficiaran indirectamente a un equipo más que a otro, es indudable que seis ojos ven más que cuatro. Y no solo en cuestión de agarres…

Irving, sorprendido y audaz

En el bando contrario, Kyrie Irving no solamente no niega la difícil papeleta que tuvieron que afrontar el dúo arbitral, sino que reconoce que animó a sus compañeros a aprovecharse de ello. «Somos diez atletas al mismo tiempo en el parqué. Muchos espacios. Contar con dos árbitros [en lugar de con tres] hace que se note la diferencia. Les dije a mis compañeros que únicamente había dos árbitros, que teníamos sacar ventaja de ello».

Que no hubiera ‘Plan B’ por parte de nadie, ni de árbitros ni de organización, también descolocó al base de los Celtics quien, todo hace indicar, nunca se había encontrado en un escenario tal. «¿Sólo estáis dos? —les preguntó—. Yo estaba en plan: ‘¿y donde está el de reserva?. Porque pensaba que generalmente tienen cuatro árbitros, así tienen uno de recambio por si algo así sucede».


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