Los precedentes no eran nada halagüeños para los Celtics. Haber perdido los dos primeros encuentros de la serie, el último de manera calamitosa, y encima tener que estar sin Isaiah Thomas para lo que resta de playoffs hacía que pensar en una victoria para Boston era una tarea que rozaba la épica. Pero llegó.
Y tras el partido, se entiende que los jugadores de Brad Stevens soltaran adrenalina delante de los micrófonos, tan tantos varapalos de manera seguida. Al Horford fue uno de los primeros en pasar por tribuna, y quiso lanzar un mensaje para todos aquellos que desconfiaban de la labor del equipo.
“Esto es muy grande, es muy grande”, decía Horford emocionado en declaraciones para CSN. “Muchas personas dudaban de nosotros, pensaban que estábamos acabados. Pero este equipo tiene mucho corazón. Todo se trata de cómo te recuperas de los golpes, y esta noche lo hemos hecho”.
En la misma línea se expresó Jonas Jerebko, quien comentó que “veníamos con bajas, pero siempre creímos en nosotros mismos. A pesar de que otras personas de alrededor dicen lo que quieren, nuestro equipo siempre creyó en ganar”.
Stevens, orgulloso
Otro que no se podía quitar la sonrisa de la boca era Stevens. Saben que aún no han conseguido nada en la serie, pero ganar de la manera en la que lo hicieron la pasada madrugada supone todo un influjo de ánimo con el que esperan seguir dándole guerra a los Cavaliers.
“Lo del segundo partido no es lo que tenemos en nuestro vestuario. Nuestros jugadores tienen mucha responsabilidad sobre sus hombros. Muchos de nuestros chicos han sido pasados por alto, y esta es su primera oportunidad real de tener un rol significativo. Han seguido jugando cada vez mejor y mejor”, dijo.
“Sabíamos que lo del viernes fue un desastre. Pero hemos podido volver a estar juntos, teniendo ese espíritu por ganar”, añadió.