Houston recupera el triple y equilibra la balanza ante los Spurs

Los Rockets se han convertido en una alternativa real en la lucha por el campeonato gracias a dos factores fundamentales: el talento de James Harden para dirigir el ataque y el acierto de sus lanzadores exteriores. Cuando ambos elementos funcionan con fluidez, Houston es un equipo casi imparable. En el cuarto partido de su serie ante San Antonio, los Rockets lograron una espléndida victoria por 125-104 que devuelve la igualdad a la eliminatoria.

Noche de lágrimas para Beverley


La noche, eso sí, empezó con una nota trágica para Houston. Patrick Beverley, su base titular y principal soporte de su defensa, recibía la noticia del fallecimiento de su abuelo justo antes del partido. Con el corazón roto y las lágrimas apareciendo en ocasiones, Beverley jugó el partido, abriendo el marcador con un triple. Fuera inspiración o simple presagio, el triple sería la mejor arma con la que los Rockets acabarían imponiéndose.

San Antonio recordó en ocasiones al equipo lento y falto de energía que perdió de paliza el primer partido. De primeras, su defensa interior fue un auténtico colador. LaMarcus Aldridge y Pau Gasol permitieron que el ataque de los Rockets entrara a placer en su zona, principalmente gracias a la agresividad de James Harden. En aquel momento, Gregg Popovich tuvo que elegir veneno: cerrar las entradas a canasta o permitir espacio a los tiradores. Ninguna de las alternativas era especialmente placentera.

Triples y más triples

Sin poder controlar la creación de juego de un impecable James Harden (28 puntos y 12 asistencias), no hubo tampoco opción de dificultad en exceso a los tiradores. Jugadores como Trevor Ariza (16 puntos), Ryan Anderson (13) o el propio Beverley (10) aprovecharon pronto los regalos de Harden para abrir hueco. Solo unos momentos de brillantez de Kawhi Leonard (11 de sus 16 puntos en el segundo cuarto) pudieron al menos llegar al descanso con una razonable desventaja de 6 puntos.

Pero los Spurs se terminaron ahí. James Harden seguía conduciendo a la perfección la frenética orquesta de los Rockets, encontrando espacios para que los tiradores (incluyendo él mismo) castigaran a triples a San Antonio. Eric Gordon, tras un mal partido anterior, explotaba con 22 puntos, incluyendo un 6/9 en triples, abriendo un hueco que San Antonio se vio claramente incapaz de remontar.

Bandera blanca

A 7 minutos del final, 19 puntos abajo, Gregg Popovich decidó olvidarse de cualquier opción de milagro, retirando a sus habituales y dando alternativa a jugadores poco utilizados o incluso debutantes en estos playoffs como Bryn Forbes. Sin desaprovechar el regalo, los Rockets dieron también algo de descanso a sus estrellas, terminando con un 19/43 (44,2% de acierto) en triples que confirmó una premisa clave con Houston: si los triples caen, son un equipo de élite.

En la mano de Popovich y de los Spurs estará evitar de nuevo una noche así, por su pura supervivencia. Si la conexión entre Harden y el resto del equipo funciona, no hay demasiado que hacer más allá de esperar a que el aro se achique de forma milagrosa. Los Rockets, además de recuperar su mejor versión, la victoria fue una gran dedicatoria a Patrick Beverley. Su alma defensiva merecía un triunfo en una noche igualmente agria para el base.


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