Quizás en casi cualquier otra rama de la vida no, pero en lo que respecta al baloncesto en general, y a la NBA en particular, pocas voces más autorizadas que la de Allen Iverson. Y más especialmente todavía si sobre quien habla son los Philadelphia 76ers; de las vigas de su pabellón, el Wells Fargo Center, ondea el ‘3’ del mejor jugador que ha vestido jamás el blanco de su camiseta.
Y sucede que el presente de la franquicia no es el mejor imaginado. Al menos si miramos exclusivamente su casillero; cero victorias, siete derrotas.
Si hablamos de ‘sensaciones’, la cosa cambia radicalmente. El tanking ha desaparecido. Este equipo quiere ganar; y es muy capaz de hacerlo. Muchos marcadores apretados que por ahora no les han sonreído. Que comience el cambio de tendencia, es sólo una cuestión de tiempo.
Iverson ha pasado por las instalaciones de entrenamiento de los Sixers y ha dejado un mensaje para la parroquia que, justificadamente y tras tres años en lo más profundo del pozo, podría empezar a inquietarse. «Sólo quiero que los aficionados sean pacientes con estos chicos. Tenemos el talento. Está aquí. Sólo dejemos que estos chicos se vayan conociendo entre ellos y confíen en ellos. Eso es todo», recoge CSNPhilly.com sobre las declaraciones del ex jugador.
Las estrellas
Brett Brown recoge el guante de la extinta estrella y ha aprovechado para «agradecer a la afición todo el esfuerzo que hace apoyando a los suyos». Al mismo tiempo, entiende que los fans le pidan/exijan el equipo un paso más. Empieza a haber visos de buen juego en Philly, y sobre todo una esperanza renacida gracias a una de sus estrellas nacientes, Joel Embiid, que en lo personal rema en un sentido totalmente opuesto al de resultados de la franquicia.
Sobre la otra estrella, la que despierta idénticas esperanzas pero que aún no hemos podido apenas ni ver, Ben Simmons, ha opinado también Iverson. «Creo que va a ser muy bueno, y no puedo esperar para verlo». ¿Enero? Puede que entonces, The Answer no tenga que esperar más.