El pívot asegura que tras lesionarse el tendón de Aquiles fijó su mente en la franquicia angelina para motivarse día a día
Joakim Noah empezará a jugar con Los Angeles Clippers en la burbuja de Orlando, pero el entendimiento entre ambas partes data de septiembre de 2019. Entonces, con un Noah que había demostrado en Memphis Grizzlies que estaba listo para volver a ser importante en cualquier equipo, la franquicia angelina acordó con este que entrenase para ellos en septiembre para comprobar in situ su situación física. Ese encuentro nunca se produjo. Lo único que se supo entonces es que el entrenamiento se había cancelado mientras se pensaba que los Clippers manejaban otras opciones para la pintura.
Aunque había ciertos rumores de lesión, ya que su buen desempeño en Tennessee hacía pensar que algún equipo confiaría en él para el presente curso, no fue hasta finales de enero cuando conocimos que el pívot francés había sufrido una lesión en el tendón de Aquiles. A través de su cuenta de Instagram desveló que se había sometido a una cirugía cuatro meses antes (octubre) y que se encontraba en pleno proceso de rehabilitación.
Mientras él trabajaba, los Clippers observaban. Aunque no habían podido cerrar un acuerdo en verano a causa del infortunio, en California seguían teniéndolo en su lista de posibles refuerzos; tanto es así que en marzo (justo antes de la suspensión) le firmaron un contrato de 10 días, y que a finales de junio (con la burbuja de Orlando como objetivo) decidieron contratarlo para lo que resta de temporada. Los Clippers han demostrado tener gran confianza en Noah. Y este por su parte asegura que ha sido la opción de unirse al conjunto angelino lo que le ha motivado cada día para recuperarse y volver a las pistas.
«En septiembre tuve un extraño accidente y me corté el Aquiles, y sabes, me dije que no era así como quería terminar mi carrera. Un día después de la cirugía ya estaba en el gimnasio haciendo ejercicio con la esperanza de formar este equipo. Sabía que si no seguía entrenando, si recibía una llamada de los Clippers y no estaba listo… me arrepentiría el resto de mi vida. Así que seguí entrenando para estar donde estoy ahora mismo. Me siento muy afortunado de encontrarme en esta posición; estar con Dios, con grandes jugadores y con la opción de ganar un campeonato», comenta en una rueda de prensa telefónica con los medios.
Noah se siente afortunado por haber sentido el cariño de una organización a la que no había pertenecido hasta ahora. Pese al percance sufrido en verano, los Clippers no se olvidaron de él. «Se suponía que debía entrenar con ellos en septiembre justo antes de que comenzara la temporada. Estaba preparado. Estaba realmente emocionado por la oportunidad, y luego, ya sabes, de un minuto a otro, me corté el Aquiles. Así que estar de vuelta en esta situación y tener la confianza de la organización… Simplemente es una organización con clase. Simplemente me siento realmente bendecido por encontrarme en este momento», concluye.
Para Noah es quizás la ocasión en la que más cerca ve el anillo junto al mejor momento en la carrera de Derrick Rose. En su estancia con los Chicago Bulls el francés desplegó todas sus cualidades para ser parte clave de un duro conjunto en el que hacía de ancla defensiva –Jugador Defensivo del Año en 2014–. Tras varias campañas a un excelente nivel, las lesiones hicieron acto de presencia y tanto su final en Illinois como su estancia en los Knicks estuvieron marcadas por ello. Cuando todo parecía dirigirse a una pronta retirada, Memphis Grizzlies lo rescató del ostracismo para darle una oportunidad en el final de la campaña 2018-19. Noah la aprovechó al máximo para firmar 7,1 puntos, 5,7 rebotes y 2,1 asistencias en solo 16,5 minutos por noche. Ahora tiene su merecida recompensa.
(Fotografía de Rob Carr/Getty Images)