«No puedes meterle presión. No puedes meterle prisa». Así lo entiende Dwyane Wade.
Joe Johnson llegó a Miami Heat como un huracán, y ahora se ha calmado. Este cambio atmosférico se traduce en números del siguiente modo. En sus once primeros partidos, ‘JoJo’ promedió 15,7 puntos con un 57,1% de efectividad en tiros de campo. En sus tres últimos ha caído hasta los 6,3 tantos encestando sólo 6 de sus 19 lanzamientos. Nada de qué preocuparse.
«Él juega a su propio ritmo. Lo hace a su manera. Y eso es algo que nos encanta. Obviamente nosotros ya sabíamos que era un gran anotador, y será uno de los próximos chicos en superar la barrera de los 20.000 puntos, pero también sabemos que es un playmaker y que necesita ajustarse al sistema. Ese es el verdadero motivo por el que lo queríamos», ha explicado Wade al Miami Herald sobre la incorporación de Johnson a sus filas.
Un nuevo rol
A sus 34 años, y con siete nominaciones al All-Star a sus espaldas, Johnson se encuentra estupendamente rodeado y sabe que su rol puede cambiar. Ya no es ese jugador franquicia que lideraba a los Hawks ni que tenía que tirar de los Nets. Algo que acepta y con lo que de hecho está encantado.
«Tenemos muchos jugadores en este equipo que pueden anotar y hacer sus propias jugadas. Cada noche no va a ser ‘mi noche’, y entiendo eso. No estoy intentando forzar la situación. Hago lo que siento que es necesario para el equipo. Una victoria es una victoria. No importa como lo consigas», ha hablado Johnson.
En esta reflexión ausente de frustración o impaciencia, debe ayudar sin duda el ritmo actual de los de Florida. Miami, desde el fichaje de Jo, ha ganado diez de los últimos catorce partidos. Además la atmósfera es buena. Wade está sano y fino, Whiteside en modo tanque, y por ahí suena que Bosh podría unirse en Playoffs.
El combo guard rechazó aspirantes más claros como Cleveland u Oklahoma City cuando salió de Brooklyn. Después de todo, puede que supiera bien lo que hacía.