Ya sólo es cuestión de hacer oficial lo que venía resultando de manera oficiosa. Brandon Knight ha acabado su periplo en los Phoenix Suns, aunque continúe siendo jugador de los mismos hasta final de la temporada. Luego, está escrito, en Arizona le buscarán salida a un jugador muy válido pero que no cuenta para Earl Watson.
Desde el All-Star, sin justificación de índole salutífera, Knight pasó a estar fuera de la rotación. Cuando vieron que no era cosa esporádica, sino que se convertía en costumbre, nuestro gremio preguntó al técnico de los Suns, quien no rehuyó la pregunta: «Creo que Brandon Knight es un jugador único en una situación única, pero ahora mismo nos estamos centrando en el grupo».
Los Suns se hundían en las alcantarillas de la clasificación, el papel de Knight no pasaba de irregular, y desde una franquicia en reconstrucción se decidía dejarse de protocolos y apostar sin miedo; apostar por el futuro. Y en él no figura Knight. Y sí otros que estaban detrás de él en la rotación.
El perímetro del futuro
La lesión de Eric Bledsoe para lo que queda de temporada ha puesto aún más sencillas las cosas. Tyler Ulis gusta —ya hace game winners— y hay que empezar a desarrollarle cuanto antes mejor. Informa Doug Haller, de Azcentral Sports, que se convertirá desde ya y hasta final de curso en la pareja de baile del Devin Booker, éste casi igual de joven pero con galones casi desde que llegó el año pasado a la NBA. Los Suns empiezan a despejar el perímetro de su porvenir.
Knight, con solo 25 años, nunca debió salir de Mulwaukee, donde estaba practicando el mejor baloncesto de su carrera y se vio desestabilizado en un traspaso errático por Michael Carter-Williams que a nadie benefició. Este ejercicio ha promediado 11.0 puntos y 2,4 asistencias en 21,1 minutos de juego. Esperamos que recupere su mejor versión en su próximo destino.