Los Bucks completaron un paso significativo en la lucha por la justicia racial durante su estancia en la burbuja de Disney World. Como protesta por el tiroteo sobre el ciudadano Jacob Blake, quien recibió varios disparos por parte de la policía en la localidad de Kenosha, el equipo de Wisconsin se negó a saltar a la cancha para disputar el Game 5 de primera ronda de playoffs ante los Magic. Un plantón histórico que, durante horas, llegó a poner en serio riesgo la finalización de la temporada.
Finalmente esto no sucedió y la NBA pudo concluir un accidentado curso sin mayores contratiempos. Ahora que todo parece regresar a un aparente estado de calma, Kyle Korver, jugador de los Bucks, compartió algunos de los detalles que se vivieron en el vestuario a lo largo del boicot.
«Me quedé allí sentado, con las lágrimas corriendo por mi rostro», admitió el veterano alero durante un acto celebrado en la Creighton University, su alma máter. «Miré mi camiseta con la frase Black Lives Matter mientras me preguntaba, ‘¿qué estamos haciendo?’. Un compañero de equipo, George Hill, decidió que no iba a jugar. Todos nos sentamos allí y dijimos, ‘estamos todos contigo’.»
Korver destacó su papel en el vestuario de Milwaukee como jugador blanco mientras los Bucks y la NBA proseguían su lucha contra la injusticia racial y la brutalidad policial.
«¿Cómo ayudo como hombre blanco?, ¿qué digo como hombre blanco en estos casos?», continuó el jugador. «¿Sabes qué hay que hacer? Apoyar a los marginados. Amplificar su voz, escuchar sus pensamientos y sus ideas. Y luego encontrar la manera de ayudar.»
El de Lakewood también señaló que la plantilla permaneció en el vestuario durante horas tras tomar la decisión de no jugar contra Orlando el 26 de agosto. Los jugadores llamaron al gobernador de Wisconsin Tony Evers para abordar la falta de acción del gobierno estatal, además de hablar con la familia de Blake, quien finalmente salvó la vida.
(Fotografía de portada de Ashley Landis-Pool/Getty Images)