La muñeca de Thompson está de vuelta

Cleveland Cavaliers concluyó el primer partido de las Finales perdiendo por 22 puntos, una desventaja que dolió pero que parecía tener posible solución: centrarse en frenar a Stephen Curry y Kevin Durant. Era así porque el tercer arma en discordia, Klay Thompson, abrió las Finales con la pólvora mojada. Fueron 6 puntos en el ‘Game 1’, una anotación irrisoria para un tipo capaz de irse hasta los 60 en tres cuartos.

Así llegamos al segundo asalto. Thompson ya dijo horas antes que no le importaba anotar poco si acababa colocándose el anillo, pero claro, un jugador con ese tiro -42% en triples a nivel global en su carrera- no iba a perdonar dos noches seguidas. 22 puntos no es una locura, pero los hizo con un 4 de 7 en triples, con la afición coreando sus canastas por encima de cualquier otra, y acabando con el mejor +/- del equipo (+24).

«Claro que me sentí bien al ver entrar la pelota. Pero más importante es sentirse bien por obtener la victoria. Creo que esta noche estaba en un buen ritmo. Llegó al empezar anotando pronto y seleccionando buenos tiros. Si sigo esa línea, todo saldrá bien», expresó tras el partido.

Trabajando sobre Irving

Klay puede anotar más o menos tiros, pero su esfuerzo sobre la cancha está fuera de toda duda. En el primer partido se llevó los elogios de todos por defender duro pese a no tener su día en ataque. En el segundo partido amargó en parte la noche a Kyrie Irving y se permitió el lujo de frenar a LeBron James en una penetración. Klay Thompson es un factor tan versátil que descifrar la manera de minimizarlo se antoja ardua tarea. Los quebraderos de cabeza se acumulan para los Cavs.


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