Una noche con muchas cosas que contar en San Antonio. Los Spurs vencieron a Dallas por 115 a 108 en un partido que tuvo varios focos de atención desde antes de comenzar.
El primero de ellos se fijó en Tony Parker. El legendario base debutó esta temporada participando en el encuentro número 1.144 de su carrera en la NBA y lo hizo tras recuperarse de la grave lesión que sufrió en los pasados playoffs durante las semifinales de conferencia. En aquel momento se especuló con que Parker podría no regresar a la competición hasta febrero de 2018, pero el francés ha acortado los tiempos —ha permanecido casi 7 meses de baja— y ya está al servicio de la franquicia. 6 puntos, 4 asistencias y ninguna pérdida en 14 minutos de juego fue su bagaje como director de juego titular.
“Fue un poco como mi primer partido como novato”, explicó Parker, de 35 años. “Cuando vi que el público se animaba cuando tocaba el balón me animé. Me ayudó, me motivó para ser agresivo. Hablé con Pop antes del partido y le pregunté que quería que hiciese. Me dijo que fuera agresivo, yo mismo, que penetrase a ver qué ocurría. Así que fui hacia la pintura, lo que hago mejor”.
Gasol y Aldridge
Peor los mejores jugadores de la noche fueron sin duda la pareja interior de los Spurs. LaMarcus Aldridge se fue hasta los 33 puntos, 10 rebotes, 3 tapones y 2 robos, un capítulo más en su renacimiento como jugador de San Antonio y su tope anotador esta campaña. Por su parte Pau Gasol no se quedó muy lejos y también estableció su mejor marca en puntos al alcanzar los 25 tantos, acompañados de 6 rebotes y 4 asistencias.
La expulsión de Popovich
#Spurs head coach Gregg Popovich told the ref to kiss his a$$ before getting ejected ?
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— Def Pen Hoops (@DefPenHoops) 28 de noviembre de 2017
El entrenador de los Spurs, Gregg Popovich, fue expulsado del partido por perder los papeles. El técnico recibió dos técnicas —suma cuatro esta temporada— en el segundo cuarto y enfiló el camino de los vestuarios de forma definitiva antes del descanso. Popovich dijo de forma literal a uno de los árbitros “¡Bésame el culo!”. Ettore Messina fue quien asumió el mando en su ausencia.