La salud mental casi llevó a la retirada a Robert Covington en 2019

Hace un mes, Robert Covington comenzó un nuevo capítulo en su vida tras ser traspasado a Los Angeles Clippers desde Portland, donde había completado la última temporada y media de su carrera.

Previamente, el jugador había sufrido una vorágine de lesiones, cambios de ciudad y problemas personales que llevaron su situación al límite. Tanto que se planteó, incluso, colgar las zapatillas. En una reciente entrevista para el Los Angeles Times, Covington desveló que meditó muy seriamente su retirada en 2019.

La renovación por cuatro años y 62 millones de dólares firmada con los Philadelphia 76ers en noviembre de 2017 supuso el punto de partida. Esta cuantía implicó una lucha personal con el dinero, la fama y la creciente atención que solicitaban familiares y amigos. «Si no estás en el plano mental correcto, te puede comer», reconoció el alero.

Un golpe importante tuvo lugar en plena disputa de la temporada 2018-19. Diversos rumores lo situaban como pieza de un potencial traspaso. La gerencia de los 76ers negó rápidamente cualquier interés en desprenderse de él. Una promesa que no cumplirían al ser enviado a Minnesota. Por si fuera poco, su menisco terminó por decir basta, pudiendo disputar apenas 35 partidos aquel curso. «Cuando tuve que operarme para reparar el menisco simplemente estaba pensando en cómo iba a salir de aquello.»

Covington, conocido por su intensidad y su vocación defensiva, no fue capaz entonces de abordar sus propias fisuras internas. En lugar de pedir ayuda se aisló en su propio mundo. «Rechacé a las personas que solo trataban de ayudarme y me quedé solo. Alejé a todo el mundo y me quedé sentado con mi soledad. Oscuridad, nada más. Yo y mi Cane Corso. Sabía que algo andaba mal porque nunca se apartó de mi lado.»

Fue el aliento de su entonces entrenador en los Timberwolves, Ryan Saunders, quien había visitado a un terapeuta después de la muerte de su padre, Flip, lo que llevó a Covington a buscar ayuda en un lugar que no fuera su propio pozo interno.

Antes de poder regresar a las canchas de la NBA tuvo que arreglar no solo su rodilla sino también su tendencia a priorizar las necesidades de los demás mientras apartaba a un lado las propias. «Estaba demasiado ocupado ayudando a todos en lugar de trabajar en cómo ayudarme a mí mismo. Me di cuenta de que mi mayor cualidad era también uno de mis mayores defectos: asegurarme de que todos los que me rodean están bien antes de asegurarme de que yo mismo lo estoy. Así que me aseguré de estar bien antes de volver a entrenar. Entonces pude ayudar a los demás pero de una manera diferente. Eso es lo que aprendí pues era lo que realmente me estaba causando gran parte del dolor por el que estaba pasando.»

Así, la actual versión de Covington con los Clippers es producto de un arduo trabajo de tres años de ayuda profesional que le ha permitido hacer las paces consigo mismo y focalizar su energía de una forma menos dañina. «Ahora estudio lo positivo, lo negativo y simplemente revalúo cada cosa. No dejo que agoten mi energía. Me gusta mantener a los demás con su espíritu en alto pero no me permitiré llegar nuevamente a ese punto. Estuve muy cerca de alejarme de este deporte.»

(Fotografía de portada de Katelyn Mulcahy/Getty Images)


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