Otra campaña para olvidar… y van demasiadas. Algo así debe pensar Damian Lillard en estos momentos. El base de Portland, lesionado, apunta a no volver a las canchas hasta la próxima temporada. Podría apretar y retornar al parqué, pero los propios Blazers lo ven innecesario al estar incluso lejos de entrar en puestos de play-in…
Esa es la información que maneja Shams Charania de The Athletic. Según éste, la organización de Oregon se inclina por no contar con su estrella para los nueve partidos que restan del curso 2022-23. Su lesión en la pantorrilla les invita a ser precavidos, y más con el equipo a 3.5 partidos de tener la opción de entrar en playoffs a través de la repesca.
Esta decisión, la de no contar con su mejor jugador en las últimas semanas de la regular season, pone punto y final a una campaña en la que han ido siempre con el agua al cuello persiguiendo un objetivo que finalmente se les está escapando. Pese a hacer contrataciones interesantes como la de Jeremi Grant, Portland no ha podido ser el equipo que deseaba en una Conferencia Oeste que en esta ocasión ha invitado a muchos a la fiesta, ya que salvo Denver y alguno más, la igualdad ha sido la que ha dominado.
En lo que concierne a Lillard, a sus 32 años (33 en junio) parece abocado a vivir en una pelea que no puede ganar. Con amor incondicional por los Blazers, ha ido sumando renovaciones con la esperanza de que el equipo diese un importante paso al frente que le permitiese luchar por el anillo. Este no ha llegado por el momento mientras su contrato se extiende hasta el curso 2026-27, en el cual tiene una opción de jugador por 63 millones de euros.
La realidad es que su rendimiento no puede ser puesto en duda. Con 58 partidos disputados promedia 32,2 puntos con un 46,6% en tiros de campo, ambos máximo de su carrera. Sí, puede ser el mejor jugador peor acompañado de la NBA.
(Fotografía de Maddie Meyer/Getty Images)