El duelo entre Lakers y Warriors por la séptima posición del Oeste no solo fue un éxito a nivel de espectáculo deportivo. Los datos de audiencia en Estados Unidos reflejan un enorme seguimiento del partido, que mantuvo una media de espectadores de 5,62 millones y alcanzó los 6,15 millones en los minutos finales, una masiva audiencia que, en cierto modo, apoya este nuevo formato. De hecho, el choque fue el segundo más seguido de la temporada, solo superado por el encuentro disputado entre los Mavericks y los propios Lakers en la jornada de Navidad.
En concreto, ESPN no registraba una audiencia semejante con un partido de NBA desde los playoffs de 2019. Más específicamente, hay que remontarse a las Finales de Conferencia entre Warriors y Blazers, en las que Golden State se impuso por un cómodo 4-0 pese a la baja de Kevin Durant.
Es obvio que los atractivos nombres han tenido que ver tanto o más que el formato en sí, pues estos datos casi duplican a los que obtuvo el partido de play-in entre Grizzlies y Blazers en la burbuja. No obstante, es sin duda un éxito para la NBA que, tras tanto debate a su alrededor y tras ser puesto en duda por algunas de las principales caras visibles de la liga, los resultados sean estos.
(Fotografía de portada: Kevork Djansezian/Getty Images)