Los días de ausencia de LeBron James se siguen acumulando. Lesionado el pasado 25 de diciembre con un tirón en la ingle izquierda, El Rey está viendo como su baja crece día a día para encaminarse hacia las tres semanas; algo que en cualquier caso ya esperaban en Los Angeles Lakers, donde poco después de producirse el percance contaban ya con la ausencia prolongada de su estrella.
Con ese pronóstico, y entendiendo que la prudencia manda por encima de todo, la franquicia angelina ha anunciado que LeBron tampoco estará con el equipo para disputar los dos próximos partidos en la carretera. Además, y respecto a la fecha de un posible regreso, señala que no será hasta dentro de una semana cuando examinen nuevamente a su jugador.
Como decíamos, en Hollywood no piensan tomar riesgo alguno. Cierto es que desde que no está James solo han ganado uno de cuatro partidos, pero de igual manera se mantienen en puestos de playoffs con dos encuentros de ventaja sobre el noveno clasificado. Ese es el límite. Lo primero es que LeBron regrese únicamente cuando no haya riesgo alguno de recaída. Lo segundo, no perder en ningún caso plaza para la postemporada.
En cuanto al partido en el que podría reaparecer, está descartado como decíamos para los choques ante Minnesota Timberwolves y Dallas Mavericks, y es igualmente improbable que lo haga en el siguiente contra Detroit, ya que coincidiría justo con el examen médico. Así, todo apunta a que como muy pronto ocurriría el 12 de enero en la visita a Utah Jazz.
(Fotografía de Thearon W. Henderson/Getty Images)