Damian Lillard sigue en estado de gracia. Apenas 24 horas después de conquistar Los Ángeles con 48 puntos en un emotivo encuentro destrozó (124-107) a los Jazz en una nueva exhibición en la que se fue hasta los 51 puntos y las 12 asistencias.
El base acertó 17 de los 29 tiros que intentó, incluido un notable 9 de 15 en triples. Así, se convierte en el primer jugador en la historia de la NBA en encadenar seis partidos consecutivos anotando, al menos, seis triples. En total, fue responsable de 79 de los 124 puntos logrados por su equipo. Y todo ello con solo una pérdida de balón. Al final del duelo, los comentaristas hallaron problemas para definir su partido. Los aficionados presentes en el Moda Center lo tuvieron mucho más fácil. “¡MVP, MVP!”, cantaban al unísono.
Sus 51 puntos suponen su tercer partido por encima de los 50 puntos en las últimas dos semanas y el cuarto de la temporada. Y su serie de anotación en los últimos seis encuentros parece una combinación ganadora de la bonoloto: 61, 47, 50, 36, 48 y 51. Un lapso competitivo en el que está promediando 48,8 puntos, 7,1 rebotes y 10,1 asistencias con un acierto del 54,7% en tiros de campo y un 48,8% en triples. Y así nos llega el siguiente dato histórico: nunca nadie antes había promediado más de 45 puntos y 10 asistencias durante seis partidos consecutivos.
Y lo más importante: los números han venido acompañados de victorias. Victorias ante equipos de identidad como Lakers, Rockets, Pacers y los propios Jazz. Los Blazers (23-27) han ganado cinco de sus últimos seis compromisos y, de repente, se encuentran a tan solo un partido y medio de los playoffs después de un paupérrimo comienzo de temporada.
El factor Whiteside
La exhibición de Lillard fue impresionante pero no estuvo solo. Hassan Whiteside afrontaba esta madrugada un exigente compromiso en la pintura y lo superó con sobresaliente. Rudy Gobert aterrizaba en el Moda Center con la reciente estrenada condición de All-Star y unos promedios de 20,2 puntos, 15,1 rebotes y un acierto del 76,3% en tiros de campo en los últimos diez partidos. Ante la defensa de Whiteside apenas pudo registrar 6 puntos, 11 rebotes y un 25% de efectividad en en lanzamiento. Todo ello para un balance final de -14. El pívot de los Blazers se merendó al internacional francés con 17 puntos y 21 rebotes. Estuvo muy activo, móvil y motivado, imposibilitando la producción habitual de su rival en ambos lados de la cancha. En consecuencia, los Blazers ganaron la batalla por el rebote (51-37) y cimentaron el triunfo.
Los Jazz pierden la chispa
Hace apenas una semana, los Jazz amenazaban la hegemonía de los Lakers en el Oeste. Siete días y cuatro derrotas después se vuelven a disparar las dudas. La tecla ofensiva con la que habían dado durante el último mes ha comenzado a estancarse y en defensa se mantienen los problemas para cerrar el aro. Una situación que aprovecharon los Blazers para tomar el control del partido. Un parcial de 12-0 en el primer cuarto, uno de 15-0 en el segundo y otro de 13-0 en el tercero manifestaron esta preocupante irregularidad de los de Quin Snyder, quienes auto-boicotearon cualquier tipo de reacción.
El experimento de combinar a Mike Conley (20 puntos) y Donovan Mitchell (25 puntos) solo funcionó durante el primer cuarto y los problemas en la circulación del balón se mantuvieron durante el resto del encuentro. Joe Ingles fue nuevamente objeto de atención de las defensas, una situación que acentuó dicha problemática. Por cuarto partido consecutivo, el australiano anotó menos de diez puntos y no fue capaz de aportar ni el ritmo ni la profundidad que necesita el equipo.
En definitiva, cuatro derrotas que han puesto en tela de juicio la capacidad de competitividad de estos Jazz cuando el rival que se pone en frente es de categoría. En los últimos cuatro partidos se ha perdido ante Rockets y Nuggets, dos franquicias que estarán en la lucha por el cetro del Oeste. Una cima a la que también quieren aspirar los de Quin Snyder.
(Fotografía de portada de Ronald Martinez/Getty Images)