Las últimas jornadas han dejado crecer el rumor de que el puesto de Frank Vogel como entrenador de Los Angeles Lakers estaba en peligro. Filtrada la noticia hace una semana, no fue hasta ayer que LeBron James exculpó a su técnico, quien decía tomarse las habladurías como parte del trabajo. Al descanso del que quizás haya sido el partido más convincente del equipo este curso, la propietaria Jeanie Buss dejó claro que Vogel no está bajo el escrutinio de la gerencia. Al menos de momento. «No evaluaremos el trabajo de Frank hasta que el equipo esté sano al cien por cien».
Los Lakers han sido uno de los equipos más castigados por las lesiones en el inicio de temporada. Incluso antes de comenzar, el equipo angelino ya contaba con ausencias notorias. Quizás lo más relevante sea la pérdida de LeBron James durante casi la mitad de los 25 partidos que han disputado, pero los de Vogel han tenido que afrontar bajas prolongadas de Horton-Tucker, Bazemore, Ellington y Reaves. A ellos se suman Kendrick Nunn y Trevor Ariza, que ni siquiera han debutado y cuyo regreso está fechado para principios de enero.
Sabiendo esto, los periodistas que rodeaban a Buss intentaron indagar en el tema. «No sé qué queréis que os diga. No voy a hacer ningún juicio de nada hasta que el equipo recupere a todos los jugadores». Quizás la propietaria perciba que el despido de su entrenador supondría hasta cierto punto asumir el fracaso de la planificación de la temporada, pero resulta extraño que una decisión tan drástica dependa de la vuelta de Kendrick Nunn y Trevor Ariza.
(Fotografía de portada de Harry How/Getty Images)