Continúa la polémica por el atropellado final del Knicks-Pistons. A falta de diez segundos para el final del encuentro y tras una secuencia rocambolesca, Ausar Thompson robaba el balón y se disponía a lanzar la transición que hubiese puesto delante a Detroit. Sin embargo, Donte DiVincenzo logró recuperar metros y hacerse de nuevo con el balón en lo que pareció una falta clara a todos ojos. Poco menos que un placaje que el árbitro dejó seguir y gracias al cual New York coleccionó un nuevo triunfo. Horas después, el equipo arbitral admitió su equivocación. «DiVinzenzo debería haber sido penalizado con falta», apunta el colegiado James Williams.
La rajada de Monty Williams
Al parecer, no pitarla fue producto de creer que Ausar Thompson no tenía control sobre la bola y que, por tanto, el choque era un lance del juego. Después de protagonizar airadas quejas en la pista, Monty Williams acudió a rueda de prensa para definir la acción como «el peor arbitraje de la temporada». Es el segundo partido apretado que los Pistons pierden en los últimos días. El anterior a causa de un tiro sobre la bocina de Paolo Banchero en el que podría haber pasos. «Es una muestra perfecta de por lo que estamos pasando esta temporada», apuntaba el técnico refiriéndose al maltrato que cree que su equipo recibe por parte del silbato. Algo que quizás achacar a la juventud del conjunto y su falta de referentes y que apunta directamente a uno de los peores males del arbitraje en la NBA: pitar por estatus.
Por si fuese poco, hay otro factor que envuelve de polémica al partido. Este encuentro es el que se debería de haber celebrado en Detroit pero que hubiese dejado a los Knicks jugando 42 partidos como visitante por 40 de local. Pero, disputándose en el Madison Square Garden, la afición apretó como suele en la Gran Manzana. Especialmente en esos momentos tensos del final.
(Fotografía de portada de Elsa/Getty Images)