Los Boston Celtics arrancan una nueva temporada sumidos en la incertidumbre después de la gran revolución interna que se produjo durante la temporada baja. La plantilla no ha sufrido cambios sustanciales pero sí las oficinas y el cuerpo técnico, comandados ahora, respectivamente, por Brad Stevens e Ime Udoka.
Si bien el binomio compuesto por Jayson Tatum y Jaylen Brown sustenta las aspiraciones del equipo, otros jugadores también esperan cumplir un papel vital. Entre ellos, Robert Williams, de quien esperan un importante salto cualitativo este curso.
«He disfrutado mucho con el crecimiento de Rob», afirmó el ahora presidente de operaciones y hasta el pasado año head coach, Brad Stevens, en unas palabras recogidas por el Boston Herald. «Está en esa trayectoria ascendente. Queríamos que siguiera aquí. Para él es importante ser un Celtic. Quiere ganar. Es trabajador. Por lo tanto, es un muchacho al que queremos tener en este proyecto y estamos ilusionados por ello.»
En efecto, en Boston apostaron por el futuro de Williams mediante una renovación por cuatro años y 54 millones de dólares el pasado mes de agosto. Una decisión que incorpora una dosis extra de confianza teniendo en cuenta el historial de lesiones que ha tenido el jugar. De hecho, los 52 partidos disputados durante la pasada temporada suponen su tope de carrera. En los dos anteriores cursos apenas pudo participar en 32 y 29 encuentros, respectivamente.
Así, la organización cree que el center puede convertirse en un pilar muy importante del equipo si las lesiones lo respetan y mantiene una dinámica positiva. «Es un chico muy joven. Queremos desarrollar su rol y sus minutos. Para conseguirlo, lo más importante será que se mantenga saludable», afirmó el técnico Ime Udoka.
Una preocupación que ha vuelto a emerger tras las molestias de rodilla que impidieron que Williams se vistiera de corto el pasado viernes ante Miami. Los Celtics serán cautelosos con su estado, manteniendo esa apuesta por su talento sobre las desventajas. «Hemos estado muy atentos. Le acompañamos en la sala de pesas Y cuando recibe el tratamiento. Queremos que se cuide fuera de la cancha y dentro de ella», continuó Udoka. «Ha estado muy bien hasta ahora. Sabemos lo que puede ofrecer, solo es cuestión de que se mantenga saludable.»
Este entusiasmo general es compartido por el propio Williams, quien ha reconocido haber aprendido de estos episodios previos. El interior añadió que espera continuar con los destellos que ofreció durante la temporada 2020-21.
«Cuando no pude jugar por la lesión de cadera [durante el curso 2019-20] aprendí a controlar mi ánimo», señaló Williams. «No solo por mí sino también por los demás. Aprendí que hay luz al final del túnel. Nadie quiere pasar por un proceso así pero tienes que ceñirte a ello. Siento que el año pasado fue un gran año para mí, principalmente en lo que se refiere a estar cómodo en la cancha. Lo más grande está por llegar. El año pasado marcó una gran diferencia para mí y si trabajo en todos los aspectos del juego todo seguirá mejorando.»
Un proceso en el que Williams no se olvidó de sus compañeros ni el cuerpo técnico: «Les debo un 90% a ellos y un 10% a mí mismo. Han hecho un gran trabajo.»
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)