Cuando los Detroit Pistons cayeron el la cuenta de que Derrick Rose y Blake Griffin ya no iban a ser los que fueron, Sekou Doumbouya aparecía como una de las caras del futuro próximo de la franquicia. El jugador había dejado claroscuros desde que fue seleccionado en la decimoquinta posición del draft de 2019, pero el renacimiento del proyecto le podría haber dado el espacio necesario para desarrollar el potencial atisbado. Sin embargo, el experimento de la pasada temporada sepultó cualquier expectativa. Poco más de dos años después de su llegada a la liga y tras ser cortado por los Houston Rockets, el futuro de Doumbuya en la NBA está lejos de estar garantizado.
Houston no ha sido su primer destino después de Detroit, sino que antes pasó brevemente por Brooklyn Nets. El guineano llegaba a la gran manzana junto a Jahlil Okafor a cambio de DeAndre Jordan (después cortado), dinero y unas cuantas segundas rondas. En los Nets su perfil físico parecía encajar en una rotación necesitada de músculo joven y defensivo. Pero no dudaron en traspasarle a los Rockets junto con una segunda ronda de 2024 a cambio de 110.000 dólares. Los Nets ahorraban 8 millones de dólares en impuesto de lujo.
Dichos truques deberían servir para asumir la cruda realidad de Doumbuya en la liga. Tras 94 partidos en los que ha promediado 5,6 puntos y 2,8 rebotes en 17 minutos por noche, el jugador no parece tener ahora mismo hueco en la NBA.
(Fotografía de portada de Hannah Foslien/Getty Images)