Los Knicks no van a dar por perdido el encuentro ante Houston Rockets sin apurar los recursos para evitarlo. Según informa Adrian Wojnarowski de ESPN, la organización neoyorquina ha presentado una protesta formal ante la NBA con la que esperaría reanudar el partido con empate para disputar una prórroga.
Tal cual suena. Aparándose tanto en el informe de la propia NBA como en el hecho de que Ed Malloy, jefe del equipo de árbitros, reconociese después el error a la hora de señalar falta a Jalen Brunson, los de la Gran Manzana entienden que tienen base suficiente como para recurrir la derrota por 105-103 ante los Rockets, la cual fue certificada por Aaron Holiday desde la línea de tiros libres por una inexistente falta de Brunson a éste con menos de un segundo por jugar.
Si la NBA opta por no reanudar el encuentro con empate, los Knicks esperan al menos que eliminen esa derrota de su suma de la temporada. El problema para ellos es que para conseguir una resolución favorable no sólo necesitan demostrar un fallo arbitral, sino la mala aplicación de una regla.
Pese a ser colocados por muchos analistas como uno de los mejores equipos de la Liga tras sus movimientos en el mercado –llegadas de OG Anunoby y Bojan Bogdanovic–, la plaga de lesiones sufrida en las últimas fechas les ha empujado a perder en tres encuentros consecutivos.
Que la NBA dé su brazo a torcer en este caso se antoja complicado. En la historia de la competición estadounidense sólo seis protestas se resolvieron con resultado favorable para el denunciante. La última de ellas tuvo lugar a raíz de lo ocurrido el 19 de diciembre 2007, día en el que Shaquille O’Neal fue expulsado contra los Atlanta Hawks por seis faltas personales cuando sólo había cometido cinco. Tal encuentro se reanudó con 51,9 segundos por jugar el 8 de marzo de 2008.
(Fotografía de Carmen Mandato/Getty Images)