Faltando 3 minutos y 42 segundos para el final del encuentro, Luke Walton presenció algo que le hizo revolucionar el quinteto en pista. Sacó de un plumazo a Lonzo Ball, Brandon Ingram, Kentavious Caldwell-Pope, Larry Nance Jr. y Brook Lopez; es decir, sentó todos sus titulares. Había hecho algo similar antes en el tercer cuarto. ¿El motivo? Una mala transición defensiva.
«Saqué a los titulares porque no bajaron como debían en la transición defensiva, que es justo el primero de los pasos para ser un buen equipo defensivo», explicaba Walton en rueda de prensa, claramente molesto con la actitud de sus jugadores. «Hemos hablado mucho de lo importante que es el tercer cuarto, especialmente ante un equipo de playoffs, y no podemos permitirnos el lujo de darles ciertas ventajas. Así que, como lección de aprendizaje, decidí sacarlos un poco antes de habitual».
Los Lakers encararon el descanso por delante en el marcador, 51-45. Sin embargo, a la vuelta de vestuarios los canadienses no tardaron en darle la vuelta a la tortilla, imponiéndose en los dos últimos cuartos (20-27 y 21-29) y, a la postre, en el global del partido.
Acción-reacción
«Desgraciadamente, volvimos a hacer una mala transición defensiva cuando faltaban cuatro minutos para el final de un choque que todavía podíamos ganar. No puedes regalar puntos gratis. Para demostrarles lo serios que queremos ser en defensa volví a sentarlos de nuevo».
Actualmente, y tras cinco partidos disputados, los angelinos son el quinto peor equipo defensivo de la competición (111,4 puntos de media encajados). Walton se niega a que esto se convierta en rutina y símbolo habitual de su legado. Sabe que el talento sin sacrificio, da igual cuántos lottery picks acumules, no es nada.