Finalmente han decidido apostar por una solución intermedia. Un atajo que está forzado antes a un vericueto. El dedo pulgar de Marcus Smart está en unas condiciones en las que guardar reposo no es suficiente. No al menos si quiere curarse con la celeridad que exige el calendario.
El curso regular está hecho. El objetivo de disputar la postemporada, cumplido. Y clasificarse en una posición cómoda, (segundos del Este) harto logrado. Por lo tanto, tiene un mes. Un mes de plazo para tratar de recuperarse antes de que su presencia vuelva a ser esencial. El 14 de abril arrancan los playoffs.
Informa Adrian Wojnarowski para ESPN, que el shooting guard va a pasar por el quirófano para intervenir el desgarro que sufre en dicho pulgar, pero que ello no significa el adiós definitivo a la temporada. Al ser una cirugía menor, se hará de tal modo que estar listo y preparado para retornar en algún momento de estos mismos playoffs, sea la alternativa que se plantea y pretende.
¿Volverá a tiempo?
Sin embargo la afirmación es esa: «en algún momento de los playoffs». Eso significa que podría no estar de vuelta para la primera eliminatoria, y nadie asegura que los Boston Celtics vayan a estar todavía vivos en la segunda.
Sin duda Brad Stevens ha logrado cuajar una temporada sensacional en la que no lo ha tenido nada fácil.
El primer día del curso regular recibía un directo al mentón con la lesión de Gordon Hayward. Hace unos días se confirmaba que perdía a Daniel Theis para lo que queda de campaña. Y el estado físico de Kyrie Irving, aquejado de una intermitente tendinitis, está lejos de ser el ideal.
En esta tesitura, unos Celtics demasiado mermados podrían vérselas en primera ronda ante conjuntos como Heat, Sixers y Bucks. Conjuntos que no se lo pondrán nada, pero nada fácil. Y si los de Massachusetts además deben vérselas sin el pundonor y la garra de Smart, la cuesta, ya de por si escarpada, se empina todavía más.