No le está yendo del todo mal a Terrence Ross desde que se produjo su primer cambio de aires desde que arribó hace cinco temporadas a la NBA. En los 16 partidos que lleva disputados con los Orlando Magic, todos como titular, promedia el mayor número de minutos y puntos de su carrera: 12,6 tantos en 31,2 minutos en cancha.
Sin embargo, sus porcentajes de tiro no se ponen de acuerdo; mientras en tiros de campo sobrepasa su propia media (43,2%) en triples está más desacertado que nunca (32,6%). Eso sí, en la que se conoce su especialidad y por la que empezó a hacerse un nombre nada más llegado a la Liga, el mate, no pierde la finura.
¿Reivindicación?
https://www.youtube.com/watch?time_continue=7&v=I5AEykLr2o4
Ross fue campeón del Slam Dunk Contest en 2013, y ayer nos dejó un magnífico recordatorio de por qué. Y es que enfrentarse a un ex equipo, siempre supone una motivación extra para sacar lo mejor del repertorio.
El traspaso de Serge Ibaka a los Raptors cogió de sorpresa a la mayoría. En Orlando recibían a cambio al escolta y una primera ronda del Draft. Ross, excepto alguna actuación descomunal (de 51 puntos), no ha terminado de explotar en la Liga tras ser un prometedor número 8 del Draft 2012.
Los Raptors ganaron anoche a Orlando, y eso seguirán haciéndolo con frecuencia sin su traspasado shooting guard. Pero, si no sus esporádicas grandes noches en el Air Canada Centre, sí hay algo que van a echar de menos ver con mayor asiduidad los aficionados torontonianos: los vuelos sin motor de Terrence Ross.