McCollum decide un partido loco y anula la exhibición de Harden

Pese a contar con solo nueve jugadores disponibles y tener a su estrella pidiendo el traspaso por activa y por pasiva, los Rockets brindaron un enorme espectáculo en su debut ante los Portland Trail Blazers. El conjunto de Stephen Silas, incluso en tan raras circunstancias, forzó a los de Oregón a tener que disputar una prórroga y solo cayó debido a que Lillard y McCollum, especialmente este segundo, sacaron su versión más heroica. Finalmente los de Stotts vencieron por 128-126, pero los texanos ofrecieron mucha guerra pese a las dificultades que atraviesan.

Si esto fue posible fue gracias al descomunal partido de James Harden, quien, tras semanas de cuestionable comportamiento, recordó la auténtica bestia de generar canastas que es sobre una cancha de baloncesto. La Barba terminó el choque con 44 puntos y 17 asistencias, y tanto a base de penetraciones como de triples fue destrozando cualquier posible defensa que Portland plantease y dando vida a los suyos cada vez que el encuentro se complicaba. Por si fuera poco, se asoció a las mil maravillas con Christian Wood, quien siempre le brindaba una opción de pase, ayudando al pívot a irse hasta los 31 tantos y 13 rebotes en un más que ilusionante debut con su nuevo equipo.

De hecho, el duelo estuvo a pocos segundos de caer del lado texano. Con dos triples en el último minuto de la prórroga, Harden consiguió poner a los suyos por delante a falta de 15 segundos (125-126), acariciando así el triunfo con la yema los dedos. Sin embargo, el marcador, que ya había cambiado de líder en 25 ocasiones hasta entonces, aún se movería una vez más.

McCollum, héroe y salvador

Y es que si Harden y Wood se combinaron para un total de 75 puntos, C.J. McCollum y Damian Lillard dieron un poco más. El backcourt de los Blazers firmó un total de 76 tantos entre ambos, 44 de los cuales corrieron a cargo del escolta, que firmó su récord personal de triples en un partido con nueve (9/16) y fue además el autor de la canasta ganadora.

La jugada, no obstante, no estaba (o no parecía) preparada para él. Fue Lillard, autor de 32 puntos, quien recibió el balón y quien trató de atacar la canasta, pero las ayudas defensivas le obligaron a soltar el esférico con un pase un tanto arriesgado que acabó llegando a McCollum. Este, que aún tenía la muñeca caliente tras pasar toda la noche anotando tiros desde cualquier parte de la cancha, no se lo pensó dos veces, y se levantó en catch & shoot para encestar un triple que devolvía la delantera a los locales con solo 6,3 segundos en el electrónico.

Este pequeño lapso de tiempo restante obligó a Portland a sellar la victoria desde la defensa, lo cual consiguió induciendo a Harden a perder la bola en la última posesión. Pese a haber anotado los últimos dos triples intentados, en esta ocasión el escolta trató de penetrar hacia el aro, y cuando las ayudas defensivas salieron a su encuentro intentó doblar el balón para que fuese un compañero desmarcado que intentase empatar o voltear el marcador. Su pase, sin embargo, fue interceptado por Robert Covington, que evitó que P.J. Tucker pudiera recibir y protagonizó una acción tan determinante como las canastas de sus compañeros.

(Fotografía de portada: Stephen Chambers/Getty Images)


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