La nacionalización de jugadores de cara a reforzar la plantilla de las selecciones que compiten en torneos FIBA es uno de los temas que más debate genera en el mundo del baloncesto. Y ahora, con la celebración del Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia, ha vuelto a situarse en primera plana mediática, si bien es cierto que son pocas las voces que se han pronunciado al respecto en las últimas semanas.
Quien se mostró más crítico ha sido Pep Clarós, entrenador nacional de Angola, quien afirmó el pasado jueves, de manera rotunda, que la FIBA tiene que poner cartas en el asunto «lo antes posible» ante la amenaza que eso supone «para el producto local». En el otro lado de la balanza se encuentra Mike Tobey, naturalizado por Eslovenia, quien asegura que este tipo de acciones favorece a las selecciones más humildes e impulsa el nivel competitivo de los torneos.
«Entiendo a ambas partes», comenzó Tobey, según recoge el medio EuroHoops. «En mi opinión, creo que ayuda a que los equipos sean competitivos. Estoy seguro de que en el futuro las selecciones lo harás más a menudo porque a veces los equipos están a solo un paso de diferencia del resto. Eslovenia demuestra que sólo está añadiendo a un jugador en una posición en la que no tienen tantas opciones en esta generación. Creo que es algo que puede marcar una gran diferencia y ayudar a los países pequeños a competir.»
De hecho, Tobey, actual componente de la plantilla del Estrella Roja, es uno de los jugadores más importantes de la selección eslovena desde que obtuvo la nacionalización en junio de 2021. Sin embargo, nunca residió en dicho país y llegó a reconocer para el medio COPE en agosto de dicho año que «ni siquiera sabía dónde estaba Eslovenia» meses antes de recibir la llamada de la federación. Y precisamente es esta ausencia de cualquier tipo de vínculo previo entre el jugador y el país del que se obtiene la nacionalidad lo que señala el sector más crítico.
(Fotografía de portada de Takashi Aoyama/Getty Images)