Nikola Mirotic: «Esperaba haber alcanzado antes este nivel»

De carne de traspaso a precio de saldo, a insólito rendimiento de jugador franquicia. Lo que está haciendo Nikola Mirotic desde la vuelta de su lesión —un puñetazo no deja de ser una lesión—, es algo que no esperaba absolutamente nadie… excepto él mismo.

Nikola Mirotic asaltó la NBA como uno de los jugadores con mayor presente y futuro del baloncesto europeo. Consagrado como el líder del Real Madrid y uno de los adalides en la Euroleague, saltar al siguiente nivel se había convertido en algo ya inaplazable.

Su mejor año: el primero

Así pues, a sus 23 hacía buena su elección 23º en el Draft de 2011 y el traspaso de sus derechos a los Bulls. Ponía rumbo a Chicago cargado de ilusión; le esperaba un proyecto prometedor donde aguardaban las figuras de Pau Gasol, Derrick Rose, Dwyane Wade y Jimmy Butler.

Su bautizo estuvo a la altura de lo esperado e incluso por encima. Segundo en la disputa por el Rookie del Año, finalmente otorgado a Andrew Wiggins. El montenegrino fue capaz de promediar dobles dígitos (10,2) contando con minutos limitados (20,2) y partiendo por ley desde el banquillo (sólo dos apariciones en el quinteto inicial).

En su segundo año mejoró ligeramente (11,8 puntos y 39% en triples) para estancarse claramente en el tercero. Su progresión se detenía y Fred Hoiberg no daba con la tecla ante un jugador demasiado irregular que combinaba noches desastrosas con otras de puntería robinhoodiana.

Un «golpe» de efecto

Mirotic necesitaba un punto de inflexión, un golpe de efecto… directo a la mandíbula. El caso es que Mirotic ha resucitado ósea y baloncestísticamente cuando ya pocos confiaban en ello. A sus 26 años, imposible catalogarlo de casualidad, lidera a los Bulls en una racha de 7 victorias y 0 derrotas que descoloca a cualquiera. Especialmente porque el récord antes de su vuelta era de 3-20.

«Cuándo estudiamos el perfil del jugador moderno, vemos que se asemeja a él; un gran atleta, que rebota y puede conectar sus tiros», decía Brett Brown el pasado lunes antes de que sus 76ers sucumbieran a los Bulls, 117-115. No hablaba de Ben Simmons, Joel Embiid ni de ningún otro miembro de su plantilla. Se estaba refiriendo a Nikola Mirotic.

Un buen mes… ¿o algo más?

¿Qué sucede si fruto de esta reconstrucción radical —salidas de Pau, Butler, Gibson, Noah…— los Bulls han descubierto a un jugador capaz de sostener los cimientos del nuevo proyecto?

¿Qué posibilidades hay de que su potencial hubiese estado tapado hasta el momento por jugadores de mayor entidad y jerarquía?

¿Qué clase de rendimiento a largo plazo puede proporcionar un role player que parece haber alcanzado súbitamente su madurez?

Preguntas pretenciosas y maniqueas para las que, desde luego, una muestra de solo siete partidos se antoja totalmente insuficiente, pero a las que sin embargo apetece aventurarse a contestar. Porque su mes de diciembre lo merece. En solo 25,6 minutos sus estadísticas se han vuelto locas: 19,6 puntos y 7,7 rebotes.

Claro que muchos podrán decir, y no les faltará razón, que esto se debe especialmente a un acierto descomunal —e insostenible— desde el triple. Porque Mirotic se está dedicando sólo a lanzar —sus 0,7 asistencias lo atestiguan— y lo hace a ritmo de ¡chof! 5,9 intentos de triple por noche con un 48,8% de eficacia. No obstante, el balcánico sí se lo cree.

Tarde pero muy a tiempo

«No sé lo que vosotros estabais esperando —respondía a los reporteros tras su triunfo en Philly cuando fue preguntado por su trayectoria NBA—. Tuve problemas. Hubo cosas que no hice bien. Pero todo ha sido parte del proceso. Cuando vienes del extranjero, algunos necesitan más y otros menos tiempo para adaptarse. Pero lo mejor de todo esto es que he podido aprender muchísimo de otros jugadores, D-Rose, Pau, Jimmy y de otras grandes estrellas, simplemente tratando de imbuir lo mejor de cada una de ellas».

Con otros compañeros reivindicando su sitio pero ahora sí en situación de paridad, Mirotic cree que por fin está encontrando su hueco. «El baloncesto que estoy practicando ahora pensé que iba a llegar antes, pero no fue así. He tenido grandes momentos desde que llegué aquí, especialmente los meses de marzo de cada temporada, o mi año rookie (cuando lideró la Liga en anotación en el último cuarto). Pero nunca había sido consistente. Esa es gran parte de mi mejora, ser consistente. Trabajé durante el verano en como podía alcanzar esa regularidad; creo que estoy encontrando el camino y espero mantenerlo».

Físicamente a punto

Y no despeja a córner cuando llega el momento de hablar del que está siendo su mejor recurso y aliado: el triple.

«El año pasado lanzaba desde muy lejos de la línea de tres y en malas posiciones —admite el forward—. Este año estoy más fuerte, todo parece distinto, y quizás esos tiros que me parecían muy complicados ahora los hago sintiéndome más cómodo, y por eso están mejorando los porcentajes. También me siento más seguro en defensa, y ahora cuando intento penetrar a canasta también me veo más confiado y fuerte, por lo que me atrevo a encarar a los rivales y finalizar. Es algo que nunca había hecho antes».

Así pues, tras estas reflexiones, rescatamos lo que han sido sus últimos once días del mes de diciembre. De todo, menos inconsistentes.

Dec. 9. NY. 20 min; 6-10; 5-8 en triples; 19 pts, 3 rebs.
Dec. 11. Bos. 32 min; 9-14; 3-7 en triples; 24 pts, 8 rebs.
Dec. 13. Utah. 35 min; 11-18; 3-5 en triples; 29 pts, 9 rebs.
Dec. 15. Bucks. 29 min; 7-16; 3-7 en triples; 22 pts, 8 rebs.
Dec. 18. 76ers. 26 min; 7-16; 3-6 en triples; 22 pts, 13 rebs.


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