La temporada finalizó antes de lo esperado para los Chicago Bulls. A pesar de la instauración del torneo play-in, la franquicia de Illinois finalizó la regular season en undécima posición con un récord de 31-41, a dos triunfos de los Charlotte Hornets, décimos clasificados.
La nueva directiva, encabezada por el general manager Marc Eversley y el vicepresidente de operaciones Arturas Karnisovas, trataron de aplicar un golpe de efecto antes del cierre de mercado mediante la adquisición de Nikola Vucevic. El internacional montenegrino fue elegido este año para disputar el All-Star Game por segunda vez en su carrera, pero aún así su llegada fue insuficiente para hacer despegar a su equipo.
Lo cierto es que al conjunto le faltó defensa, agresividad y ese plus de madurez y confianza para cerrar algunos partidos. Unas debilidades que tratará de corregir la front-office este verano, mientras el cuerpo técnico liderado por Billy Donovan se encarga de trasladar estas mejorías a la cancha.
«Lo principal es que tenemos que aprender a ganar como equipo. Y eso lleva tiempo», aseguró el propio Vucevic en una entrevista para The Athletic. «Tienes que pasar por ciertos altibajos para llegar hasta ahí. Este equipo nunca estuvo en una posición en la que tuviera esa presión para ganar. Tenemos que pasar por eso. En los últimos dos o tres meses jugamos algunos partidos muy importantes para nosotros que nos sirvieron como prueba. Así que el campo de entrenamiento y todo lo que venga después nos ayudará a tener esa mentalidad. Y luego podremos aprender a ganar juntos como equipo durante toda la temporada.»
El center resumió perfectamente la dificultad que mostró los Bulls para decidir partidos. De hecho, presentaron un balance de 4-11 en aquellos duelos decididos por menos de cinco puntos. Los traspasos realizados en plena temporada se realizaron, en cierto modo, para corregir esta dinámica pero la falta de rodaje y cohesión no facilitó el proceso. Ahora, los Bulls tienen por delante varios meses para reforzar el roster y trabajar en la química colectiva.
«Arturas y Marc van a hacer su trabajo», señaló Garrett Temple. «Han demostrado que son realmente buenos en su trabajo. Han comenzado haciendo las cosas bien, predicando una cultura ganadora.» Así, tanto en las oficinas como en el vestuario van a tener que ponerse manos a la obra para confeccionar un proyecto lo suficientemente sólido como para codearse con la zona noble de la Conferencia Este. De momento, parece que lo que más urge es reclutar a un base capaz de poner orden en pista y organizar el juego. ¿Quizá Lonzo Ball?
(Fotografía de portada de Sarah Stier/Getty Images)