Había mucho morbo por ver a DeAndre Jordan enfrentarse a su «cuasiequipo».
Pronto iba a permitir el calendario tomarse la revancha a los Dallas Mavericks ante el jugador que los pasó del primer al segundo plato cuando estos ya habían anunciado a bombo y platillo su fichaje.
Apenas tres días después de que arrancara la liga ya teníamos servido el primer Clippers – Mavericks, y quedaba por comprobar si mantendrían alguna rencilla tras la fallida llegada del pívot a la franquicia de Mark Cuban este verano.
En el resultado no hubo apenas competencia, y el Staples pudo disfrutar de una victoria cómoda de su equipo. Sin embargo, la intensidad del choque sí nos dejó dos momentos en los que, fruto de la frustración estival o como simples lances del juego, presenciamos la clara tensión entre dos jugadores que reflejaban el pique reciente entre franquicias. Uno de ellos fue el alemán Dirk Nowitzki, y el otro el propio protagonista y causante del culebrón.
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