Okafor, ilusionado por poder mostrar su talento en Brooklyn

Han sido meses duros para Jahlil Okafor. Nadie hablaba de que mereciese jugar en Philadelphia, sobre todo porque tenía por delante a un extraterrestre como Joel Embiid, pero verle día tras día apartado del equipo (con 21 años), tampoco era agradable. Así lo entendía su padre, quien no dudó en ir a la cancha de los 76ers con una camiseta en la que se podía leer: «Free Jah».

Por suerte esa situación tocó a su fin cuando los de Pensilvania decidieron traspasar a Okafor a Brooklyn. El pívot formado en Duke consiguió la deseada salida mientras que los Sixers ponían fin a un culebrón que empezaba a dejarles en mal lugar. Ahora, ya en tierras neoyorquinas, Okafor no puede sino sentirse tan aliviado como deseoso de demostrar el talento que lleva dentro.

«Me siento realmente motivado en este momento, siempre lo he estado. Tengo un pequeño peso sobre mi hombro. Es la primera vez, por decirlo de alguna manera, que la gente está en mi contra, ya que siempre he sido un tipo rodeado por cierto hype«.

¿Se exageró con su verdadero nivel? Está por ver. Hasta ahora lleva dos temporadas en la NBA, –esta ni ha empezado para él–, y en la segunda de ellas los problemas físicos y la eclosión de Embiid lo lastraron. Lo cierto es que en su año de novato fueron 17,5 puntos, 7 rebotes y 1,2 tapones en 30 minutos por noche, un buen nivel que no pudo repetir la campaña pasada por, según él mismo confirma, adelantar su vuelta a las canchas al sentirse presionado para no perder el sitio.

«Me precipité regresando a la cancha porque no quería perder mi posición en el equipo. No cuidé mi cuerpo de la manera adecuada. Creo que debería haberme tomado más tiempo antes de regresar al juego el año pasado».

Lugar idóneo

Okafor tiene muchas bocas que callar y lo cierto es que parece haber caído en el sitio adecuado. Brooklyn, un conjunto en plena reconstrucción, necesita sin duda una referencia en el puesto de pívot. Timofey Mozgov llegó como precio a pagar para conseguir a D’Angelo Russell; Jarrer Allen promete mucho pero sigue siendo un novato; y Tyler Zeller es un jornalero de los aros. Ante esa perspectiva, Okafor ha trabajado sabiendo que esta oportunidad llegaría.

«He trabajado todos los días para asegurarme de estar listo cuando esto sucediera. Definitivamente estoy preparado y cansado de estar sentado. Sé que no soy un jugador perfecto. Tengo 21 años y cosas en las que tengo que trabajar», comenta de cara a una nueva etapa que marcará su futuro en la NBA.


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