(Sobre OKC): «Es un circo de tres hombres»

Únicamente se aceptaba una excusa y esta tenía pronta fecha de caducidad. Incorporar dos estrellas a un proyecto que monopoliza una tercera, requería cierto tiempo. Un periodo de adaptación. ¿Cuánto? No hay un lapso específico, pero transcurridos dos o tres meses, las masas se empiezan a impacientar. Se acercan las uvas, y en OKC corren el riesgo de que se les atraganten.

Hoy son séptimos, con un récord neutro de 15-15. Pasado mañana pueden volver a estar fuera. Y así pasan los días en estas primeras ocho semanas, como contrabandistas de tabaco en la frontera de los playoffs. A estas alturas del otoño, superequipos similares de tiempos cercanos, séase Miami y Cavs del Big Three, o Warriors del Big Four, ya empezaban a funcionar a todo trapo.

Y el problema que sobrevuela a los Thunder no es tanto de resultados como de sensaciones. Dos meses después no se atisba todavía un amago lo suficientemente perceptible de progresión como para decir que la cosa aún no marcha… pero marchará.

Físico sin química

En Oklahoma hay un equipo que cuando quiere defiende muy bien, porque tiene buenos hombres y porque la química requerida en este aspecto no es excesiva; pero embarranca estrepitosamente cuando de atacar se trata; faceta esta donde sí es imprescindible una buena circulación, un reparto equitativo de los lanzamientos, una selección acertada de tiros y una movilidad que favorezca los mismatches. Tener tres monstruos no posibilita vivir, noche sí noche también, de los isolations de más inspirado de la velada.

Y así, escudado en el anonimato, un ejecutivo de la Conferencia Oeste, donde militan los Thunder, dice lo siguiente: «No juegan en equipo. No hay movimiento, no hay química. Puedes afirmarlo con solo verles jugar. No existe la sincronía. No hay rima ni ritmo en cómo juegan».

Estirando el chicle

Nada de nihilismos. Se autoconceden la prórroga, y Paul George, por supuesto, se queda. Mínimo hasta junio. «Con el talento que tenemos, no queremos, simplemente, ir saliendo adelante. Queremos comenzar a construir un equipo dominante. Aún nos estamos adaptando», afirma el alero.

Sobre George precisamente, el ejecutivo enmascarado también habla: «George tiene que estar frustrado. Se nota por la forma en que está jugando. No está jugando con entusiasmo, no está jugando con agallas», recoge Bleacher Report.

OKC vive su particular The Process. Más corto que el de Philly, esperemos.

Porcentajes preocupantes

Para ello, la rotación de Billy Donovan debe dar un giro importante, y algunos carros de lanzamiento de su trío de estrellas —3/13, 5/18, 10/33 y 8/23— deben empezar convertirse en casos aislados y no en boxscore habituales.

Como dato, reflejar que Westbrook está en sus peores porcentajes en tiros de campo de su carrera, incluida su temporada rookie (39,6%); George baja en casi seis puntos respecto a su año anterior en Indiana (del 46,1% al 40,4%) y Carmelo está en su peor curso de siempre a pesar de ser el año que menos está tirando (40,3% en 15,9 tiros).

Justo en el año donde, con tanta bestia por marcar, debía favorecerse el escenario de: ‘dos miembros del Big Three liberados, como fruto de dobles defensas sobre el tercero’. 


EXTRA NBAMANIACS

Nuestro trabajo en nbamaniacs es apoyado por lectores como tú. Conviértete en suscriptor para acceder a beneficios exclusivos: artículos especiales, newsletter, podcast, toda la web sin publicidad y una COMUNIDAD exclusiva en Discord para redactores y suscriptores.