Partido de sensaciones opuestas el que se vivió anoche en San Francisco. Los Warriors, huérfanos sin Stephen Curry y golpeados por la sanción de cinco partidos a Draymond Green, no supusieron problema alguno para unos Thunder que este año van simplemente lanzados hacia playoffs y que vencieron por un contundente 109-128 para colocarse con un balance de 8-4.
La superioridad de Oklahoma fue manifiesta. No necesitaron una gran noche de Shai Gilgeous-Alexander, quien firmó un 6 de 21 en tiros de campo para 24 puntos, ni tampoco que nadie hiciese de él. En estos momentos son mejor equipo que los californianos y la victoria cayó por su propio peso; eso sí, no podemos dejar sin destacar la noche de Isaiah Joe, quien desde el banquillo firmó un 7 de 7 en triples para terminar con 23 puntos y ser clave en el golpe final de los suyos.
La cuestión es que si todo funcionaba a un lado de la cancha, al otro la crisis se hacía patente, especialmente con Klay Thompson. Sin sus dos eternos compañeros sobre el parqué, se esperaba que él tomase la batuta, pero no solo no lo hizo, sino que firmó uno de los peores partidos que se le recuerdan. El escolta concluyó con solo cinco puntos y un 1 de 10 en tiros de campo (1 de 6 en triples). Fue el vivo ejemplo de que las cosas no marchan bien en los Warriors y de que podemos estar ante su último año en el equipo –acaba contrato en 2024 y aún no ha renovado–.
Dentro de lo malo –que es bastante para Golden State–, el partido sirvió al menos para ver a chicos menos habituales dar un paso al frente. Así, Jonathan Kuminga fue el máximo anotador de los suyos con 21 puntos, mientras que Moses Moody se fue a los 12 desde el banquillo y Brandin Podziemski logró otros 13 también desde la segunda unidad.
Dependencia total de Curry
De esto no hay dudas. Mientras el equipo da sensación de estar por debajo de lo esperado, quien sigue jugando un baloncesto de MVP es Stephen Curry. El base de 35 años ha sido el máximo anotador de todos los encuentros en los que ha jugado y ha marcado el ritmo del equipo en todo momento. Sin él, y aunque la lesión de rodilla es leve, los de Steve Kerr parecen condenados a acumular derrotas.
(Fotografía de Thearon W. Henderson/Getty Images)