Desde su fracaso en la burbuja de Orlando los Clippers han sido uno de los blancos de críticas preferidos por el entorno NBA. No ayuda que hayan empezado todas sus series de este año con un 2-0 para acrecentar las dudas ya existentes. Pero dentro de una de las organizaciones más vilipendiadas de la liga, Paul George se erige como el principal sparring. Durante el último año su nivel ha sido discutido con más vehemencia que nunca, llegando a causarle episodios de ansiedad que el propio jugador ha reconocido. Tras firmar uno de los mejores partidos de su carrera y con su rendimiento volviendo a la consistencia acostumbrada, George no quiere hablar del ruido que le rodea. «No puedo preocuparme por esas cosas».
Ayer Los Angeles Clippers lograron salvar su serie frente a los Phoenix Suns, poniendo el 3-2 en las Finales de la Conferencia Oeste. Mientras PG aseguraba que «es algo que viene junto al trabajo, supongo» y se centraba en «salir y seguir siendo dominante», su entrenador y compañeros se encargaban de ahuyentar fantasmas. Tyronn Lue hacía hincapié en la aberración que comete el debate público con su jugador. «No entiendo que se magnifiquen tanto sus malas actuaciones. Todo el mundo las tiene».
Por su parte, DeMarcus Cousins se centraba en las bulliciosas redes sociales. «No sé por qué las tonterías que circulan por Internet guían su narrativa. Es una estupidez. [George] es uno de los jugadores más especiales que jamás se han enfundado unas zapatillas de baloncesto. Respetad a los grandes».
Aunque pasaba de puntillas por el tema, Paul George también opinaba que «es un hecho» que su figura recibe críticas exacerbadas. Incluso durante estos playoffs, una de las mejores postemporadas de su carrera, al jugador se le ha achacado inconsistencia o afeado sus fallos en momentos puntuales. Tal vez su histórico quinto partido sirva para aliviar esta carga.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)