Por si alguien albergaba dudas, Kristaps Porzingis las ha disipado como mejor sabe: jugando al baloncesto. Este jugador letón de tan solo 22 años solo ha necesitado nueve partidos para demostrar que tras Carmelo Anthony, no solo hay vida, sino una que puede llegar rodeada de éxitos.
Tras un duro comienzo de temporada con tres derrotas consecutivas. Porzingis ha liderado a los Knicks para ganar cinco de los seis siguientes partidos. Y cuando decimos liderar hablamos de un impresionante promedio de 30,2 puntos y 7,8 rebotes, incluyendo un partido de 40 puntos que supone su récord personal.
Ante ese excelente rendimiento, la NBA no ha podido mas que reconocer su trabajo nombrándole mejor jugador de la semana en la conferencia Este. Porzingis está en forma y no piensa parar; tanto es así que admite tener ambiciosos objetivos.
«Mis objetivos para la temporada estaban fijados en ser el ‘Jugador más mejorado’ del año. Siento que no tuve el año pasado una oportunidad real de lograrlo y quiero conseguirlo ahora. Además, creo que tengo la oportunidad de ganar el premio de ‘Mejor jugador defensivo’ y alcanzar el All-Star. Son objetivos a título individual, pero todo ello llegará si ganamos partidos, así que estaré contento mientras sigamos jugando así», explica a ESPN.
De conformismo a ilusión
New York Knicks encaraba la actual campaña con limitadas aspiraciones. Dando por cerrada la etapa de Carmelo y con un equipo en el que deseaban hacer primar el desarrollo de jóvenes talentos, los pronósticos le colocaban como candidato a ocupar una de las últimas plazas de su conferencia. Porzingis ha cambiado la perspectiva. Ahora, y aunque es pronto para decirlo, lucen como un legítimo contendiente a playoffs.