Recordatorio: si hay Irving, no hay Davis… en febrero

Tres horizontes: en ninguno de ellos sale Irving… pero Tatum sí

Pues boom. Y ya está. Nunca en los últimos 20-30 años, una petición de traspaso (que no traspaso en sí) armó tanto revuelo y concentró a tantas miradas en una única dirección.

No importa qué franquicia seas y que no tuvieras a Anthony Davis entre tus planes o metas. Si un top-5 de la Liga de 25 años de edad pide irse de su equipo, tú estás obligado a revisar tu balance multianual. Por si acaso.

De todos modos, aquí hay una franquicia que le lleva la delantera a todas los demás por el larguísimo tiempo que hace que ronda a su presa. Los Boston Celtics beben los vientos por La Ceja. Es vox populi. Por lo que la información en la que incidimos a continuación es fundamental tenerla bien presente. La adelantó nuestro compañero Sergio A. Chacón en su columna diaria de mediados de noviembre y hemos vuelto a recalcarlo en el que será el post más leído de la semana y probablemente de lo que llevemos de 2019.

Primero el titular y luego el desglose. Los Celtics no podrán hacerse con Anthony Davis ahora si no se desprenden primero de Kyrie Irving. En las oficinas de Danny Ainge no son aptos para hacerle una oferta a Davis en estos momentos, debiendo a esperar hasta el 1 de julio. Sin embargo, todo hace pensar que la intención en NOLA, una vez ha saltado la liebre, sería moverlo ya. Antes de que expire el mercado invernal el día 7 de febrero.

Cinco meses de incompatibilidad que podrían romper el ansiado sueño de vestirlo de verde.

La regla ‘Derrick Rose’

El argumento tiene nombre, apellido, aura de estrella y estatus de inalienabilidad. Kyrie Irving. El jugador número uno de Massachusetts.

Resulta que ambos, Davis e Irving, firmaron sus actuales extensiones de contrato bajo la conocida como ‘Rose Rule’. La naturaleza de esta extensión, permite a los jugadores que abandonan la escala salarial de novato aglutinar en su salario hasta el 30% del salary cap. Pero dicho contrato arrastra un (lógico) hándicap, en este caso, de consecuencias nefastas para los intereses de Ainge. La NBA no permite tener en un mismo equipo a dos jugadores que cobren bajo este formato.

Los Celtics se hicieron con el point guard vía traspaso en agosto de 2017, por lo que hasta que su actual contrato expirase, no podrían fichar a ningún homólogo contractual sin traspasarlo a él primero.

Y hasta la fecha, y he aquí lo importante, en ninguno de los paquetes imaginarios que se han confeccionado para enviar a New Orelans (Tatum, Brown, Rozier, Smart, Hayward, Ojeleye, Horford, Morris…) aparecía el nombre de Kyrie Irving. Ni aparecerá. Dadlo por seguro.

Es decir, si la intención en Boston es juntar a dos superestrellas, traspasar a una para hacerse con otra carece de total sentido. Por ello, se nos presenta la siguiente bifurcación.

¿Esperar?

Alternativa A) Si por cualquier motivo Celtics y Pelicans alcanzasen una promesa de acuerdo que implicase un paquete irrechazable rumbo a NOLA llegado ese 1 de julio (instante en el que Irving se convierte en agente libre no restringido), quizás ambas partes, esto es, jugador y franquicia, estarían dispuestas a esperar.

Tatum

Alternativa B) –fruto de una insuficiente Alternativa A–. El otro intocable. El elegido. El heredero de Silverado Pierce. Jayson Tatum. Otro jugador con cartel de intransferible.

Cuando en el párrafo anterior hemos tecleado paquete irrechazable, dicho paquete no llevaba anexo el nombre de Tatum. Es el mayor acierto del Draft en Boston desde el 1998 de Paul Pierce. Tiene 20 años y un futuro casi tan brillante como el de La Ceja. Posdata: por ahora casi no se lesiona.

Pero las prisas son malas consejeras, y la respiración de LeBron se escucha como un mugido en el cogote. El hatillo nos lo imaginamos. Kuzma, Ball, Ingram… y lo que te rondaré, morena.

En estos instantes es Dell Demps, general manager de NOLA, quien, en términos prácticos y con los playoffs complicándose, con Davis o sin él, tiene la sartén por el mango. Traspasar a su estrella ahora o en julio, no altera la hoja de ruta. Davis era LA hoja de ruta. Sin él, todo vuelve al origen.

Y serán los otros, los compradores, los pujadores en la subasta, quienes se sentirán forzados y tentados a arriesgar. A lanzar la mejor oferta en aras de superar la persuasión, en forma de assets, del otro.

Y ahí, ante la narrativa ladina de LeBron, Rich Paul y los Lakers, podría caer Tatum.

(Fotografía de portada de Ronald Martinez/Getty Images)


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