En los últimos tiempos Sam Presti ha ejecutado tantos movimientos que le ha resultado imposible pararse a reflexionar sobre ellos. Quizás porque la mayoría de ellos resulten irrisorios para el futuro inmediato de los Thunder, cuyo máximo poder actual se halla en la capitalización ejercida sobre los próximas ediciones del draft. Por eso, un traspaso que incumbe a dos grandes jugadores y contratos es primicia en la organización. A priori, Presti valora la adquisición de Kemba Walker como un rotundo éxito para ambas partes.
El cuatro veces All-Star llega en su momento de depreciación máximo a cambio de Al Horford. OKC también recibe una primera ronda. Aún así, el trato parece lógico en las palabras del directivo. «Creo que es un gran trato para los Celtics y para nosotros. Es simple, no creo que haya nada complicado aquí». Presti lo argumentaba de la siguiente forma. «Horford ha hecho un gran servicio aquí y estoy seguro de que le hace ilusión volver a Boston. […] Una elección 16 del draft no es fácil de conseguir. Además obtenemos a Kemba, cuya creación de tiro es élite. Simplemente es una buena operación para nosotros».
Todavía son una incógnita los planes de los Thunder a corto plazo. Hace menos de un año que la franquicia reseteaba por completo un proyecto de playoffs para empezar de cero. Billy Donovan, su entrenador, y Chris Paul, su principal estrella, abandonaban el barco. A estas alturas casi acumulan medio centenar de elecciones de draft para los próximos años. Lo cual no asegura nada en el corto, medio o largo plazo.
En cuanto a Kemba Walker, la franquicia obviamente espera que recupere un rendimiento cercano al de sus temporadas All-Star. La duda es si lo aprovecharán para competir y comenzar a construir equipo con las interesantes piezas con las que ya cuenta o simplemente estará de paso como Horford. Habrá que esperar a las vísperas del próximo draft para discernir los planes que tiene Presti para el rumbo de su franquicia.
(Fotografía de portada de Maddie Malhotra/Getty Images)