Tras anotar el triple que sellaba sus 56 puntos a pocos segundos del final del encuentro frente a los Portland Trail Blazers, Trae Young se daba la vuelta con la cabeza gacha. Los Atlanta Hawks acababan de cosechar una derrota que coincidía con el mejor partido de la carrera de su jugador franquicia. Esta no sería tan dolorosa si no se diese en la situación que se da, pero ahora mismo la clasificación de los de Georgia para playoffs corre serio peligro. El base empieza a estar cansado de que las cosas no funcionen. «Es un fastidio hacer una noche así y perder. Eso es todo lo que importa» decía al término del encuentro.
Los Hawks marchan con un 16-20 que les tiene duodécimos en la Conferencia Este a partido y medio de las posiciones de play-in. Es cierto que la actual dinámica —3-7 en los diez últimos encuentros— queda marcada por la exagerada acumulación de bajas, pero no es como si el rendimiento del equipo fuese mucho mejor antes de la reciente plaga de bajas. La llegada de McMillan el año pasado cambió la cara del equipo de la noche a la mañana empezando por la defensa, y ahí se encuentra la mayor debilidad de los Hawks actualmente. «Está bien ser uno de los mejores ataques, pero si permitimos los mismos puntos que convertimos, el equipo no va a funcionar».
Young encontró cierta gratificación en un conjunto que logró esconderle en defensa para que allí brillasen únicamente sus manos rápidas, especialmente en playoffs. Este curso, el disfrute ha terminado. «Es frustrante, no es divertido. Tenemos tiempo para encontrar una solución, pero hay que encontrarla cuanto antes. Tenemos que conseguir parar a nuestro rival más a menudo».
La estrella no fue el único en mirar al apartado defensivo como el gran problema a resolver. Kevin Huerter también tenía sus reservas con el tema. «Son muchas cosas. Todo comienza con estar mejor conectados los unos a los otros. Debemos tener ese sentido de la urgencia y sacar orgullo a ese lado de la pista. Creo que solo haciendo eso llegaremos a ser el equipo que creemos poder ser». Para empezar, se verán las caras con Sacramento Kings en California, un partido que puede ser igual de balsámico que lapidario.
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)