Mi compañero Enrique Bajo se preguntaba antes de que la temporada empezase si el fichaje de Gordon Hayward por Charlotte Hornets era atraco u oportunidad. Hoy, cuando los de Carolina del Norte no han disputado aún ni un cuarto de la regular season, tal cuestión ha quedado pertinentemente despejada por el propio protagonista.
Hayward, quien a principios de año nos regaló la mejor actuación de su carrera con 44 puntos en Atlanta, volvió a colocarse anoche la capa de All-Star –esa que una dura lesión tiró al fondo del armario– para acabar con los Orlando Magic firmando 39 puntos (13 en el último cuarto). El alero fue clave en la remontada de los Hornets, que perdían de 12 puntos al entrar en el periodo decisivo, pero más allá de ello destacó su sangre fría y talento para cerrar el partido en la última jugada.
Con empate a 104 en el electrónico, Charlotte puso el balón en las manos de Hayward y éste no falló. Recibió el saque desde el lateral de la pista. Aguantó el balón hasta el momento oportuno. Calculó por dónde debía atacar. Superó a Evan Fournier con clase y potencia. Llegó hasta el aro y anotó una excepcional bandeja.
«Le dimos el balón en la parte superior de la cancha a ocho segundos del final y él hizo la jugada. Eso es lo que hacen los grandes jugadores. Ha estado en esa situación antes, sabía a dónde tiene que llegar y así lo ejecutó. Son posibles escenarios en los que trabajamos todas las semanas. Es una victoria que muestra nuestra resistencia», recalca el head coach de los Hornets, James Borrego.
La victoria, la cual llegó acompañada de 15 puntos de Devonte’ Graham (clave en el último cuarto) y otros 18 de Miles Bridges desde el banquilo, tiene un doble valor para los de Carolina del Norte, ya que con ella rompen una racha de cuatro derrotas consecutivas y se mantienen en la pelea los últimos puestos de playoffs (play-in) de la Conferencia Este.
La crisis de Orlando
Una sola victoria en nueve partidos lo dice todo. Los Magic han pasado de estar 6-2 en la clasificación a verse abajo con un doloroso 7-10. Anoche además sintieron que tenían el triunfo al alcance de su mano al entrar en el último cuarto con una renta de 12 puntos. Fue insuficiente. Los 22 puntos y 13 rebotes de Nikola Vucevic y los 21 que aportó Evan Fournier quedaron en la nada tras ver la remontada de los Hornets. «Obviamente tenemos que jugar el mismo tipo de baloncesto que desplegamos durante los primeros tres cuartos y no estropearlo fallando en cuestiones sencillas», comentaba al concluir el encuentro el escolta francés.
(Fotografía de Mike Ehrmann/Getty Images)