Una prórroga para seguir con vida

El tropiezo de Memphis Grizzlies ante Orlando Magic hace que este triunfo agónico pueda terminar siendo mucho más importante de lo que ya de por sí parecía. Los Minnesota Timberwolves han dejado de ser un easy check, una comparsa rutinaria ante la que la victoria era poco menos que una aduana Schengen. Ahora dan guerra y rascan triunfos, y a los New Orleans Pelicans les costó más que sudor arrancar del Target Center el suyo.

Esas son las dos buenas noticias que vuelven un año más a Minneapolis como un agotador día de la marmota; que si tomamos como referencia el mes de abril hay base y equipo sobre el que dar continuidad al año próximo, y que la reacción llega lo bastante tarde como para poder rascar un gran jugador en el Draft 2021, uno de los mejores del siglo según los expertos.

Presente y futuro

LaMelo ha vuelto, y ha vuelto bien, pero ello no va a hacer echar el freno de mano a Anthony Edwards (29 puntos), que cada día es más jugador que el anterior. Él solito mantuvo a los T-Wolves en la primera mitad mientras Lonzo Ball se hinchaba a meter triples (acabó con 8 de 17 con una mecánica mejorada), con su natural descaro y acciones y penetraciones de todo tipo.

La segunda mitad cambió de protagonistas. Ahí aparecieron por fin los All-Stars. Karl-Anthony Towns, D’Angelo Russell y Zion Williamson (no tanto Ingram) empezaban a amasar balón y embocar aro. Ricky Rubio, que venía de su mejor partido del curso, dirigía con criterio el equipo y ambos ataques fluían por encima de las defensas. Sobre todo cuando hablamos de Zion. Inconmensurable. Imparable. Alérgico a la línea de tres pero cien veces más demoledor que Ben Simmons en sus internadas. Cada salto, cada 360º, cada embestida incluso con su marcador bien calzado en la zona, acaba con canasta del ex de Duke. Determinante con sus 37 puntos y 8 asistencias, a pesar de sus exageradas pérdidas de balón (8) por ir tan sólo contra el mundo.

No abdican

D’Lo tuvo una noche nefasta desde el triple (1 de 12), pero fue el quien, tras la remontada en el último cuarto de los Pels, se jugó el game winner desde larga distancia, pero el balón lo escupió primero el tablero y luego el aro. Y en la prórroga (donde los hermanos Hernángomez cruzaron varias acciones) el conjunto de New Orleans, simplemente, estuvo un poco mejor. Lo suficiente para llevarse una victoria imprescindible para no apagar del todo la llama de los play-in.

«Hemos tenido partidos donde hemos ganado cómodamente. otros donde hemos desperdiciado ventajas y otros donde hemos batallado como hoy. Pero este equipo no se rinde ante nada», manifestó al término Stan Van Gundy, de los técnicos más cuestionados del momento debido al ingente talento de su plantilla y su falta de paralelismo en la clasificación.

Hoy, todas las oraciones de agradecimiento de NOLA van hacia Cole Anthony. Para pelear un día más.

(Fotografía de portada de Harrison Barden/Getty Images)


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